Capítulo 35

12.7K 781 41
                                    

ALESS

No me acostumbro a ver a Gianna con el pelo corto y el cuerpo tatuado, si antes era una mujer sexy que me ponía cachondo solo con una mirada, ahora solo imaginarla me pongo duro... La echo de menos, no solo como persona y con su carácter de mierda, echo de menos su cuerpo. Borro esos pensamientos de mi mente y procedo a secar a los niños con ella. Los vestimos iguales, cosa que no entiendo muy bien, ¿no es más complicado diferenciarlos?

Son hermosos, tienen mi color de ojos, el color de pelo es castaño oscuro y lo más característico, tienen los colmillos de Gianna, son la mezcla perfecta de ella y mía.

Empieza a sonar el móvil de Gianna.

— Adelantaros al salón, en nada llega la tía Colt y la tía Mau. Atiendo esta llamada y bajo.— Los niños corren hacia abajo y yo ando lentamente, porque que me jodan, quiero saber con quién va a hablar.

Cierro la puerta y me quedo en el pasillo escuchando como una vieja chismosa.

"Hola... Sí, estoy fuera este fin de semana... Podremos vernos el finde que viene... ¿Qué yo te cocine?" Gianna se ríe a carcajadas. ESTÁ HABLANDO CON SU PUTO NOVIO.

"No necesito tu jet, tengo el mío... Deja de mimarme o me volveré una malcriada".  Vuelve a reírse y no aguanto más y me voy.

Justo cuando llego abajo, bien enfadado y cargado de celos; entran Colt y Mauser. Darío la mira y esta pone cara de no haberlo visto en la vida, saluda a todos, incluido mi hermano y yo, e ignora a Darío. Y Mauser, solo asiente hacia nosotros.

— ¿Dónde están mis sobrinos favoritos?— Pregunta Colt, que claramente sabe que están debajo de la mesa, a sus pies, pero ella les sigue el juego.

— Yo también quiero ver a mis hombrecitos, pero no los veo por ningún lado.— Dice Mauser, siguiéndole la corriente a Colt.

— Quizá tenga que atraerlos con algunos dulces.— Empieza a sacar algo del bolso y estos salen corriendo a abrazar sus piernas. Colt y Mauser se arrodillan y les besan las caritas. Me destroza que esos niños, que son mis hijos, no tengan esa confianza conmigo y sí con ellas.

— Hemos sacrificado nuestra ubicación por unos dulces, tía Colt.— Dice Massimo con cara de bueno.

— Lo sé cariño y merecerá la pena, pero primero cenaremos, ¿o quieres que tu madre me rete a una lucha de cuerpo a cuerpo?— Estos se ríen divertidos.

— Obviamente que te retaré a una lucha si les das el postre como primer plato a mis hijos.— Dice Gia mientras baja las escaleras. Las chicas se saludan y yo me uno con los chicos.

— Deja de mirarla así, das miedo.—  Le digo a Darío, parece que esté cazando un jabalí, por el amor de Dios.

— Ha sido bastante escurridiza estos últimos años, este fin de semana me las va a pagar.— Dice divertido sin quitarle ojo a Colt.

— Darío, si jodes este fin de semana con mis hijos, te pego un tiro, te lo juro por mis padres.— Él asiente y yo me quedo tranquilo.

15 minutos después estamos preparando la mesa, ya que Colt y Mauser han traído la cena.

Ares toma asiento a mi lado derecho y me sorprende. A mi izquierda está Adriano junto a Massimo que está al lado de su madre.

El silencio al principio es incómodo, así que Mauser es la primera que rompe el hielo.

— No hagamos esto complicado para ellos.— Refiriéndose a los niños que ya están atacando sus platos.— Seamos adultos por un par de horas y tengamos una cena en paz.

Entonces todas obedecen y empiezan a mantener una conversación con nosotros, sin más, hablando de cosas mundanas. Hablamos de entrenamiento y de cómo está la contaminación... Bueno, aunque sean temas de mierda, al menos los niños están felices y nosotros no parecemos estatuas.

Srta.Mc MillanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora