Capítulo 62

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ALESS

Las chicas bajan a ver a Gatling y yo las acompaño junto con Masashi. Cuando entramos, Gatling está dormida y Mauro se está vendando él solo la mano.

— ¿Por qué no te han curado?— Pregunta Gianna, pero lo que ella no sabe es que antes de que alguien toque a Mauro, ya puede estar moribundo y sin consciencia.

— Estoy bien.— Le dice y yo me acerco a mi amigo.

Asiento hacia él y miro a Masashi que ya está al lado de su hermana, acariciándole la cara y posando un beso en su frente.

— Cuando despierte, me la llevo.

— Podéis quedaros aquí todo el tiempo que queráis.— Le ofrece Gianna.

— Gracias, pero debemos volver a casa, ella debe recuperarse rodeada de su familia.

— Está bien.— Dice mi mujer.

Gianna está decepcionada porque estará lejos de ella, pero es lo que toca, como el resto de chicas, volverán a sus casas, su trabajo ha terminado aquí. Lo que queda es de La Cosa Nostra y solo se quedará Benelli y AK, ya que, su padre ya ha mandado ayuda a Sicilia, por nuestro trato; me están traicionando por el puesto de Don y él me debe esa ayuda.

— Te presento a Mauro, es mi amigo y el mejor soldado de La Cosa Nostra.— Le digo a Masashi.

Se acerca a Mauro, pero no le da la mano, se posiciona enfrente y prosigue a hablar.

— Estoy en deuda contigo, le has salvado la vida a mi hermana.

Mauro no le responde y simplemente, asiente con la cabeza.

— Mi hermano mayor quiere hablar contigo.— Masashi me pasa el móvil y lo tomo.

— De Marchetti.

— Shinoda.

— Me han dicho que mi hermana ha sido herida.

— Sí.

— Ahora, ya hay un motivo para poder reunirnos como jefes de nuestras respectivas familias.— Me río, porque al mayor de los Shinoda, lo conocí hace años y era un joven rebelde como Luca, y me cayó bien.

— Nunca te negué eso.

— Nunca me invitaste.— Me vuelvo a reír.

— No vamos a tener lazos juntos.— Le vacilo.

— Me han dicho que tienes 3 hijos, quizá en el futuro cambies de opinión cuando tenga una hija.— El hijo de puta está loco.

— El día que conozcas a uno de ellos, no querrás que esté asociado a ninguna mujer de tu familia.— Esta vez es él quien se carcajea.

— Mi hermana estará de vuelta a casa, cuando esté recuperada, podremos visitarte. Saluda a Gianna de mi parte.—  ¿De qué mierda la conoce este cabrón? Cuando voy a preguntarle ya me ha colgado.

Le devuelvo el móvil al chaval y procedo a hacer lo que debo como Don.

— Dejemos a Masashi con su hermana, vayamos arriba, hay reunión de La Cosa Nostra.

Todos subimos y antes de que Benelli y AK desaparezcan las llamo.

— Benelli y AK, pasad con nosotros.— Benelli pasa sin hablar, pero AK se para al ver a Kosta.

— No es asunto mío.

— Es asunto de tu padre.— Sus ojos se abren como platos y pasa al despacho.

Darío aparece 5 minutos más tarde, ya duchado.

— ¿Por qué no has solicitado a Colt, si van a estar ellas?— Me pregunta mirando a Benelli y AK.

— Muéstrame respeto, Darío, no estoy aquí como tu primo, estoy como tu Don y no quiero que cuestiones mis decisiones.— Darío me manda dagas con los ojos y se sienta.

Kosta se ríe y golpeo mi mano con mi anillo, contra la mesa.

— Para empezar, ni siquiera eres todavía un capo de la familia, así que deja de reírte de un capo como Darío, porque es una falta de respeto y con este anillo no las tolero. No estamos en el recreo, último aviso que doy en esta maldita mesa.

Srta.Mc MillanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora