CAPITULO 80 (SARA REGRESA A LA HACIENDA)

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Alondra: ¿qué te pasa? Te noto pensativo 

Lucas: es que... hay algo que me tiene muy inquieto 

Alondra: ¿es sobre Sara? 

Lucas:no, es... acerca de mi madre. Mi verdadera madre 

Alondra: ¿qué hay con ella? 

Lucas: Dante y Déborah me dijeron que esta viva 

Alondra: (asombrada)

...

Julieta: ¡Mateo! 

Mateo: (la mira) Julieta ¿qué haces aquí? (se acerca) Me da mucho gusto que vinieras a verme 

Julieta: voy a ir directo al grano, Juan me ofreció venir a vivir a la hacienda 

Mateo: me da gusto, tú siempre eres bienvenida en Santa Catalina 

Julieta: no hables como que no entiendes, me ofreció venir a vivir aquí porque voy a tener a su hijo 

Mateo: no había tenido la oportunidad de felicitarte 

Julieta: espero que entiendas que tienes prohibido volver hablar de lo que hubo entre nosotros y del gran amor que sientes por mi 

Mateo: me imagino que seria un estorbo para todos tus planes con Juan ¿no?  

Julieta: si vamos a vivir en el mismo techo no quiero tener problemas con ninguno de los dos 

Mateo: yo puedo callar que te amo, pero el amor no se puede ocultar, Julieta, yo jamás voy a dejar de amarte 

Julieta: ay, Mateo, no se que esperanzas puedes guardar ahora que voy a hacer la madre de tu futuro sobrino 

Mateo: Julieta, tu y yo... ¿recuerdas cuando deseaba ser papá? 

Julieta: este hijo no es tuyo, Mateo, y no te atrevas a meterle ideas a nadie, primero muerta que ser la madre de tus hijos 

Mateo: (triste) gracias por aclarármelo, Julieta, y no te preocupes, quizás con todo este dolor que siento sea yo el que muera primero (se va) 

Julieta se da cuenta de las palabras que había dicho, pero ya era tarde para pedir perdón, Mateo se había ido

Dos semanas después

Sara: ¿me ayudas a levantarme? 

Deborah: yo te ayudo, cuidado 

Sara: (mente: regreso a mi mundo, voy a casa (sonríe) vuelvo contigo mi Juan)

...

Rosa: Bertha, el desayuno de Julietita. Esos zapatos están muy altos, mi amor 

Todos estaban en la mesa desayunando

Próspero: ¿qué te pasa, Rosa? Todos estos días has estado cuidando a Julieta como si estuviese embarazada 

Rosa: ay, Prospi (ríe nerviosa) ¿se lo dices tú o se lo digo yo? (susurra) 

Julieta: tú (sonríe) 

Rosa: pues te voy a contar

Próspero: ¿ahora qué? ¿Qué pasa? 

Rosa: Dios ha bendecido nuestros hogar, vas a ser abuelo 

Próspero al escuchar esa noticia escupe el jugo y comienza a toser

Rosa: ¡Bertha! 

Julieta: papá (preocupada)

Rosa: Bertha perfecta ayuda a este pobre hombre 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora