CAPITULO 57 (LA ADVERTENCIA DE JUAN)

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Rosa: has andado muy paseadora, amiga, no te has dado tiempo para platicar de tu vida, tus viajes, tus amores

Próspero se atraganta con el café 

Rosa: ¿estás bien, Prospi? 

Próspero: sí, solo se me fue un poco el café 

Déborah: mil perdones, amiguita linda, es que ando arreglando unos asuntos 

Bertha: perdón por interrumpir tan importante plática, señora Déborah, pero quiero preguntarle del Señor Modesto 

Déborah: ni me hables de ese viejo mentiroso y embustero, es un doble cara de lo peor, por la vida anda pregonando amor y paz y en el fondo es un desgraciado 

Rosa: ¿qué te hizo, amiga? 

Próspero: Rosa deja de andar cuestionando las vidas ajenas 

Déborah: por su culpa me enemisté con Catalina, porque Severiano, que en paz descanse, era de esos hombre que ya no hay, guapo, galán, detallista, caballero

Rosa: exacto

Déborah: él me anduvo persiguiendo, conquistándome con flores, porque yo era una niña muy decente, de ir los domingos a misa, pero por supuesto que yo no iba a andar con un hombre casado

Bertha: (se sienta) ¿y qué pasó? 

Déborah: caí en el juego de la seducción de ese hombre 

Rosa: ay, Santa María Magdalena 

Bertha: ¿y don Modesto qué tiene que ver? 

Déborah: que le fue con el chisme a doña Catalina, me hizo quedar de las peores con ella cuando fui la engañada, yo nunca supe que Severiano era casado, por culpa del embustero de Modesto no solo sufrió Doña Catalina, sufri yo también porque todos me señalaban, al grado de que estuve a punto de quitarme la vida 

Rosa: (sorprendida) 

...

Juan: Henry va a saber quiénes somos los hijos de Severiano del Monte, vamos a seguir siendo los líderes en el mercado 

Simón: Sara nos metió en este problema, yo solo espero Juan que no vayas a defenderla porque tu compromiso está con nosotros primero 

Mateo: a mí me dio mucho gusto que nuestro padre te nombrara presidente, Juan, pero no queremos que cambies por Sara

Juan: ya la escucharon, Sara está dispuesta a poner parte de la herencia, eso es lo que ustedes quieren ¿no? Dejarla sin nada 

T/n: bueno, ella se lo busco, se lo merece ¿no? 

Lucas: relájense todos, es muy fácil agarrarla en contra de Sara, pero no se dan cuenta que el problema es que se fueron todos los clientes y lo más grandes 

Simón: cuéntame, Juan ¿así dejarás ir a todos los demás? 

Juan: ¿desconfias de mi capacidad, Simón? ¿crees que solo rompí el contrato con Henry para probar mi punto? 

Simón: no, no, yo no digo eso, solo creo que Pedro tiene razón y te estás distrayendo mucho por culpa de Sara 

Juan: yo soy Juan del Monte y voy a seguir siendo el presidente de esta empresa, antes de que mi padre me pusiera al frente cerré muchos contratos y traje más de la mitad de los inversionistas, el que quiera permanecer aquí, bienvenido ¡el que no, se larga! 

Se quedan callados 

...

Próspero: Bertha ¿por qué preguntas por Modesto? 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora