LA HERENCIA, UN LEGADO DE AMOR

CAPITULO 129 (SARA Y SIMÓN SE PERDONAN)

Nota: si ustedes ya vieron la novela "la herencia" lo más seguro es que sepan que se está aproximando la muerte de Dante, fue una escena bastante sangrienta que no me gustaría escribir. Si no has visto esa escena en donde Dante muere en manos de Pedro, no te preocupes, que más adelante se hablara como muere. Gracias por sus atenciones y perdón por no explicar esa parte, es solo que fue lo único que no me gustó de toda la novela 

CONTINUAMOS...

Sara: no, no voy a regresar a Santa Catalina (se separan) la herencia nos sigue separando

T/n: Sara, si me lo pides, vamos a empezar una nueva vida lejos de todo y de todos. Lucas, Mateo y tú fueron valientes al renunciar, yo también lo puedo hacer. Renuncio a la herencia por ti y por mi hijo 

Sara estaba sorprendida 

Sara: no, tú no puedes ni debes de renunciar a la herencia por mí ni por nadie, tus hermanos te necesitan

T/n: ayúdame entonces, Sara, camina a mi lado, podemos lograr el legado que mis padres siempre quisieron encomendar, logremos el legado del amor 

Sara: T/n, no, yo...

T/n: escúchame (la toma del rostro) sé mi compañera, mi cómplice, porque yo no puedo sola. Los días que no te tuve cerca, sentía que moría, fue lo peor de mi vida 

Sara la abraza 

T/n: vuelve conmigo a Santa Catalina, luchemos por nuestra felicidad, formemos esa familia que siempre nos unió, por favor

Sin decir nada más, se lanzan a besarse 

...

Próspero: Rosa, todo esto es por tu culpa. Te aferraste a que tus hijas tuvieran amores con los del Monte ¿no? Y ve, ve lo que pasó, lo graste lo que querías, ¡volver loca a Julieta! 

Rosa: lo único que yo quería era verlas felices y me siento terrible que la hayan exhibido así enfrente de todos 

Próspero: ¡porque tú la obligaste a eso! ¡Tú! 

Alondra: ay, ya, por favor, no peleen. No es el momento de echarse en cara nada. Lo que realmente importa es lo que está sintiendo Julieta 

Jessica: mi papá tiene razón, mamá, ve hasyta donde has llevado a tu hija predilecta 

Rosa: ¿quién dice que Julieta es mi hija predilecta? 

Jessica: si lo es, mamá, hasta parece que es la única hija que quieres 

Rosa: eso no es cierto, eres una ingrata, yo por ti y por Alondra me he sacrificado muchísimo para que ustedes sean felices. Me equivoqué al pensar que la felicidad de Julietita iba a ser Juan, lo acepto, pero eso no quiere decir que yo sea la culpable de todo 

Próspero: Rosa, nosotros sabíamos que JUlieta tenía un grave problema con la celotipia, lo sabíamos y no la detuvimos nunca, debimos atenderla de inmediato y no lo hicimos 

Rosa: ¡mi hija no está enferma! 

Próspero: no queramos tapar el sol con un dedo, Rosa. Nuestra hija está enferma como tú de ambición, por querer aparentar lo que no somos 

Rosa: me estás lastimando, Próspero 

Próspero: no tanto como tú has lastimado a nuestra familia, Rosa, a nuestras hijas. ¡Julieta! ¡Julieta! Metiéndote en su cabeza desde que era una niña, aquí tienes las consecuencias del daño que le has hecho 

...

Julieta lloraba en su recámara, sus lágrimas no paraban de salir, estaba triste y enojada al mismo tiempo, recordando los momentos que pasaba con Juan antes de que Sara llegara a la hacienda, recordaba los días que se sentía feliz estando al lado de T/n o cada vez que sonreía al besar a Mateo, se sentía feliz. Pero ahora, ahora se siente rota, lastimada