LA HERENCIA, UN LEGADO DE AMOR

CAPITULO 139 (ENGAÑOS Y MENTIRAS)

Pedro: el que engendró a esta mentirosa es Dante Alamillo 

Juan: ¿eso es verdad? ¿Dante es tu padre? 

Sara: eso es algo que yo supe también a través de Pedro. Casualmente es quien me dice las verdades que otros me ocultan 

Juan: y tú, Pedro ¿tienes algo que decir? ¿Qué ganabas con ocultar todo eso? 

Pedro: pues muy sencillo, san Juan, abrirte los ojos

Sara: eso no es cierto. Di la verdad, tú lo único que quieres es alejarme de esta familia. Y yo sé que no importa lo que diga en este momento, nada puede remediar como nos sentimos, pero no era mi intención pelear con ustedes y yo sé que nada de esta familia me pertenece 

Mateo: Dante fue el abogado de nuestra familia por años. ¿Cómo pudimos confiar tanto en él? 

Simón: Sara ¿de verdad nunca sospechaste que era tu padre? 

Sara: no, no, Simón, yo nunca he tenido una figura paterna 

Simón: a lo mejor es cierto e ignoras todo lo que pasó, pero tu madre no, así que voy en este momento a denunciarla a ella y a Dante 

Pedro: oye, Simón, aprovecha y denuncia de una vez a Sara Alamillo, por favor 

Juan: ¿crees que a estas alturas tus manipulaciones sirve de algo, Pedro? Te comportas como un niño que le quitaron el juguete y ahora odia a todo el mundo 

Lucas: mejor supera que Sara nunca te peló 

Pedro ríe en silencio 

Sara: yo estoy dispuesta a buscar la verdad con todos ustedes. Les juro que a mí es la que más le interesa saber qué pasó, yo quiero también la verdad, yo soy inocente. Y aún así me siento... me siento terrible por haber causado tantos problemas. No voy a juzgar su decisión, hagan lo que tengan que hacer 

Simón: inocente o no, lo justo es que comiences por quitarte el apellido 

Pedro: eso (aplaude) 

Sara asiente 

...

Julieta: lo que has hecho es imperdonable (lágrimas) tú y mi papá son tal para cual 

Rosa: hija, yo sé que hice algo horrible (llora) pero te juro que lo estoy pagando en vida. Ya no me atormentes más, mi amor, y, por favor, no se lo digas a nadie, mucho menos a tu padre 

Julieta: ya es muy tarde para arrepentimientos, mamá. Yo no voy a ocultarle nada más a mi padre, pero si quiero saber una cosa. ¿Severiano sabía que era mi padre? 

Rosa: si lo hubiera sabido te baría heredado, hija 

Julieta: ¿y por qué no lo dijiste? 

Rosa: porque Próspero me iba a odiar y Severiano nunca iba a dejar a Catalina por mí. Y además, desde que Próspero supo que ibas a nacer su amor y su ilusión me hicieron saber que ibas a ser mucho mejor padre para ti que Severiano, mi amor. Yo iba a perderlo todo si decía que tú eras su hija, la gente me iba a señalar y tú ibas a quedar marcada toda la vida. Hubiera sido horrible, tu padre me hubiera abandonado. Sería como Déborah, una vil roba maridos 

Julieta: tú y tu ridícula angustía por el qué dirán, nunca te preocupaste por tu familia, lo hiciste por ti, por no estar en boca de todos

Rosa: hija...

Julieta: ojalá esto se te quede grabado por el resto de tu vida, te odio, mamá, te odio 

Rosa: (lágrimas)