Todos los hermanos estaban sentados cenando
Modesto: los seis siguen siendo mis niños
Juan: Modesto ha tomado la decisión de irse de la hacienda, los motivos los conocemos todos y por respeto a él no los voy a repetir
Pedro: bueno, si Modesto se quiere ir, pues que se vaya
Simón: no, Pedro, yo no quiero que Modesto se vaya
Mateo: y yo tampoco quiero que te vayas, Modesto
T/n: Modesto, piénsalo un poco más, por favor (suplica)
Lucas: sí, Modesto, dale más vueltas, es más ¿a dónde te vas a ir a vivir?
Modesto: pues por el momento con mi hermano Chavita, ya luego encontraré un lugarcito para no darle lata a nadie
Juan: por eso no te preocupes, yo lo voy a arreglar
Pedro: ya salió el San Juan de los desamparados a resolverlo todo, si quieres cómprale una casa como hiciste con los Cruz, adelante, es la mejor opción
Juan: lo que haga al respecto no es de tu incumbencia, aunque el que debería estar arreglando las cosas aquí eres tú, Pedro
Pedro: ¿por qué yo?
Juan: ¡ni te ocurra decir una palabra más!
Pedro: no pues yo me voy (se levanta) estoy cansado de que siempre me eches la culpa
Juan: de la mesa no te vas hasta que yo lo diga¡te sientas! ¡siéntante!
Pedro: (se sienta)
...
Próspero: buen provecho. Muchas gracias por venir a visitarnos
Adela: no, gracias
Rosa: ¿qué traen en esa olla?
Agustín: son frijoles puercos
Rosa: ay, Jesucristo de las Infamias, frijoles en mi mesa y puercos
Déborah: (llegando) hola, wow, los ricos y los pobres compartiendo el pan, bueno, en este caso, los frijoles
Rosa: quédate conmigo
Déborah: mejor me siento por allá para verte de frente
Déborah toma asiento
Alondra: (llegando) buenas noches (sonríe)
Julieta: buenas noches
Alondra y Julieta saludan a todos
Julieta: ¿qué preparon?
Adela: aquí tenemos unos frijoles puercos deliciosos que tienes que probar
Julieta: hace años que no como firjoles, mi mamá nunca los prepara (se sienta)
Próspero: señor, ¿me podría servir frijolitos?
Adela: falta de confianza, pásame un plato
Rosa: ¿nadie va a probar el lomo?
Alondra: no, mejor primero los tamales
Déborah: yo si quiero lomo, amiga
Rosa: gracias
Déborah acaricia la pierna de Don Agustín por debajo de la mesa
Agustín: (sorprendido) perdón, señora, pero algo me pulgonéó la pierna
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LA HERENCIA, UN LEGADO DE AMOR
RomanceEsta historia será parecida a la novela, pero tendrá unos cambios. La historia muestra la vida de Don Severiano y a seis de sus hijos adoptivos quienes enfrentan la inesperada muerte de su padre, así como la llegada de una media hermana que ha sido...