CAPITULO 58 (MODESTO SE VA DE LA HACIENDA)

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Todos los hermanos estaban sentados cenando

Modesto: los seis siguen siendo mis niños

Juan: Modesto ha tomado la decisión de irse de la hacienda, los motivos los conocemos todos y por respeto a él no los voy a repetir 

Pedro: bueno, si Modesto se quiere ir, pues que se vaya 

Simón: no, Pedro, yo no quiero que Modesto se vaya 

Mateo: y yo tampoco quiero que te vayas, Modesto

T/n: Modesto, piénsalo un poco más, por favor (suplica)

Lucas: sí, Modesto, dale más vueltas, es más ¿a dónde te vas a ir a vivir? 

Modesto: pues por el momento con mi hermano Chavita, ya luego encontraré un lugarcito para no darle lata a nadie 

Juan: por eso no te preocupes, yo lo voy a arreglar 

Pedro: ya salió el San Juan de los desamparados a resolverlo todo, si quieres cómprale una casa como hiciste con los Cruz, adelante, es la mejor opción

Juan: lo que haga al respecto no es de tu incumbencia, aunque el que debería estar arreglando las cosas aquí eres tú, Pedro 

Pedro: ¿por qué yo? 

Juan: ¡ni te ocurra decir una palabra más! 

Pedro: no pues yo me voy (se levanta) estoy cansado de que siempre me eches la culpa

Juan: de la mesa no te vas hasta que yo lo diga¡te sientas! ¡siéntante! 

Pedro: (se sienta) 

...

Próspero: buen provecho. Muchas gracias por venir a visitarnos 

Adela: no, gracias 

Rosa: ¿qué traen en esa olla? 

Agustín: son frijoles puercos 

Rosa: ay, Jesucristo de las Infamias, frijoles en mi mesa y puercos 

Déborah: (llegando) hola, wow, los ricos y los pobres compartiendo el pan, bueno, en este caso, los frijoles 

Rosa: quédate conmigo

Déborah: mejor me siento por allá para verte de frente 

Déborah toma asiento

Alondra: (llegando) buenas noches (sonríe) 

Julieta: buenas noches

Alondra y Julieta saludan a todos

Julieta: ¿qué preparon? 

Adela: aquí tenemos unos frijoles puercos deliciosos que tienes que probar 

Julieta: hace años que no como firjoles, mi mamá nunca los prepara (se sienta) 

Próspero: señor, ¿me podría servir frijolitos? 

Adela: falta de confianza, pásame un plato 

Rosa: ¿nadie va a probar el lomo? 

Alondra: no, mejor primero los tamales 

Déborah: yo si quiero lomo, amiga 

Rosa: gracias 

Déborah acaricia la pierna de Don Agustín por debajo de la mesa

Agustín: (sorprendido) perdón, señora, pero algo me pulgonéó la pierna 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora