Sara: no puedo creer que Juan no me dijiera nada
Dante: yo solo le comenté lo de tus deudas, sin pensarlo, no creí que se ofreciera a pagar
Sara: no, no, no
Déborah: Saris, mi amor, ya no seas orgullosa, eso déjaselo a los pobres, tú sabes que Juan es un caballero
Sara: no me gusta deberle nada a nadie, mamá, tú lo sabes mejor que nadie
Déborah: no pasa nada, porque cuando cobres la herencia se lo pagas y listo
Entra a una llamada
Sara: (contesta) dime, Juan
Juan: Sara ¿ya vienes?
Sara: sí, ya voy para allá, Juan (molesta)
Juan: demasiado tarde, Sara, no estás comprometida con la empresa y menos cuando teníamos asuntos pendientes
Sara: estaba haciendo algo importante, Juan
Juan: te recuerdos los estatutos de nuestra empresa, que sea la última vez que llegas tarde sin avisar (enojado)
Sara: claro que conozco los estatus...
Juan: (cuelga)
Dante: tranquila, Sara, así es Juan, ya lo irás conociendo
Déborah: mira, mi amor, yo ya me siento mejor ¿por qué no nos acompaña a almorzar? Te pido un tecito de tila, para que te relajas, no puedes llegar así como leona
Sara: vayan ustedes, los veo luego (se va)
Déborah y Dante se van sonriendo
...
Rosa y Próspero llegan
Amado: hola, bienvenidos a los adoloridos
Rosa: ¿dónde está el dueño de este circo?
Amado: (señalando a Chavita) está por allá, señorita
Rosa: señora (mirando a Chavita)
Chavita: que milagro verlos en este humilde negocio
Rosa: Salvador, exijo que me digas si estos cerrilos con tuyos (mostrandole la caja de cerrilos)
Chavita: (mirando a Próspero) no, no ¿por qué?
Rosa: entonces el dueño de estos cerrilos eres tú, Próspero Millán (enojada) me mentiste, me mentiste, Próspero, te dije que te voy a colgar y te lo voy a cumplir ¿cómo te atreviste?
Próspero: (nervioso) no, no, son de Chava, él fue al motel
Paloma: (mirando a su padre) papá ¿usted andaba en un motel? ¿con quién? (enojada)
Chavita: (no dice nada)
Próspero y Chavita se miraban sin saber que decir o hacer
Paloma: papá no se que de callado, explíqueme
Rosa: el que tiene que dar explicaciones aquí es Próspero
Próspero: pero yo...
Chavita: ay, qué pena, por más que quise mentir no pude, sí, son míos
Paloma: papá, que pregonas las buenas costumbres
Chavita: ustedes son damas y no deberían saber de estas cosas, es vergonzo para mi (nervioso)
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LA HERENCIA, UN LEGADO DE AMOR
RomanceEsta historia será parecida a la novela, pero tendrá unos cambios. La historia muestra la vida de Don Severiano y a seis de sus hijos adoptivos quienes enfrentan la inesperada muerte de su padre, así como la llegada de una media hermana que ha sido...