CAPITULO 47 (EL BESO DE T/N Y JULIETA)

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Pedro: ya deja de hacer el papel de padre y de líder, que no te queda nada bien, nadie necesita ni tus cuidados, ni tu protección 

Juan: y tú entiende que no eres el padre que Tadeo necesita 

Pedro: qué bueno saber lo que piensas en realidad, olvídate de lo que hablamos, ya me demostraste tu verdadera cara (se va triste)

Mateo: Pedro, espérate, Pedro (lo sigue) 

Lucas: yo voy contigo (se va) 

Sara: Juan, esto es muy difícil para Pedro, hay que comprenderlo y darle tiempo 

Juan: tengo que hablar con Beatriz, pero antes voy a resolver un asunto con Dante, las cosas no pueden seguir así 

Sara: no 

Juan se aleja de Sara para hacer una llamada 

T/n: ¿tú crees que Pedro tiene razón? ¿él debería de quedarse con el niño? 

Sara: (suspira) Tadeo tiene que estar con su madre

...

Déborah: Rose, me siento terrible, los del Monte me echaron de la casa

Rosa: ¿qué? ¿cómo que te echaron? Cuéntamelo todo, por favor, esos muchachos ya no son los de antes 

Déborah: ¿no tendras un cafecito?Ppero de prensa francesa, por favor 

Rosa: eh... este sí (titubea) sí, fíjate que mi asistente del hogar no está, pero con todo mi amor te lo preparo de prensa...

Déborah: francesa

Rosa: francesa (se va) 

Próspero: Déborah, te suplico que te vayas, si Jessica llega, va a llegar...

Déborah: (lo besa) 

Julieta: muñequita, no quiero hablar sobre Juan (entrando a la casa) 

Próspero y Déborah se separan

Alondra: te prometo que no vuelvo a mencionar su nombre (entrando) 

Julieta: ¿usted qué hace aquí? 

Próspero: Julietita, que bueno que llegas (nervioso) Déborah ya se va

Déborah: (no dice nada) 

Rosa: (acercándose) aquí está tu cafecito, Debs, espero que te encante y sientete como en tu casa 

Todos se quedan callados 

...

Pedro: (triste) 

Catalina: desde que eras un niño, buscabas ocultar lo que sentías (suspira) me costó tanto trabajo derribar tus barreras 

Pedro: (lágrimas) 

Catalina: al final, no sé si logré mostrarte lo importante que eras para nosotros, te dimos todo el amor del que éramos capaces, tu padre, yo y Juan, que te ama con todas su fuerzas, pero el amor que buscas, ese que tanto deseas, está frente a ti 

Pedro se miraba en el espejo

Sara se acerco a Pedro y le toco el hombro, él voltea, la mira y la abraza con lágrimas

Pedro: yo solamente quiero a mi hijo 

...

Déborah: entonces, yo le supliqué a Juan que no me alejara de mi hija, pero no cambió de opinión, ese hombre es un egoísta 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora