CAPITULO 68 (LA MALDAD DE SIMÓN)

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Julieta: pobre Sara, la que te espera 

Rosa: ¿qué le espera a Sara, Julietita? (se acerca) 

Julieta: ¿Sara? Dije Lucas, mencionó que Juan no quiso hacer lo de la quimioterapia y fue sin querer, pero la gente lo malinterpretó y se le fueron encima a Juan 

Rosa: yo no entiendo esas cosas de los live y esas cosas (se sienta) ay, a mí lo que no me deja dormir es que Debs se vaya de nuestra casa 

Julieta: no entiendo por qué eres tan superficial, mamá, parece que no te importa lo que le pasa a tu familia 

Rosa: claro que me importa, si no me importara ¿tú crees que me preocuparía como me preocupo por tu futuro, por que te cases con un del Monte? Me importan tú y tus hermanas 

Julieta: no es cierto ¿cuántas veces he intentado hablar contigo? 

Bertha: (susurra) por eso las tres andan tan desubicaditas 

Julieta: te importa mas Déborah, pero esa señora se va la decada, ah, y no me han entregado el contrato que hicieron con ella para revisarlo 

Rosa: (se levanta) jamás pensé que iba a llegar el momento en que una de mis hijas me iba a juzgar de esta manera

Julieta: Jessica, Alondra y yo somos una extensión de tu educación, tu arrogancia, tu egocentrismo y tu egoísmo

Rosa: Julieta, he sacrificado todo por ustedes, me estás rompiendo el corazón (lágrimas) 

...

Sara estaba entrando a la capilla de su padre llorando a mares 

Sara: ¿por qué? ¿por qué me hiciste esto? Soy producto de tu infidelidad, por eso mi hermanos me odian, solamente... solamente quería la familia que me negaste, no me importa, no me importa tu herencia, solamente quería tu legado de amor, quería tener una familia, quería todo lo que me quitaste, todo esto... todo esto es tu culpa y por tu egoismo (llora) ay, no, te lo juro que voy a dar por muerto mi sueño de tener paz con mis hermanos, no los quiero conocer, ya no los quiero, todo lo que venga, te lo juro que va a ser por tu legado de odio, porque eso es lo que dejaste con tus infeidelidades, puro odio

Adela escuchaba atentamente cada palabra que decía la rubia que no pudo soltar pequeñas lágrimas de tristeza

...

Julieta: me gustaría poder platicar con mi madre, no como mi amiga ni como la mujer me insistía que me tenía que casar con alguno de los del Monte 

Rosa: pero si ese es mi trabajo como madre, que a mis hijas no les falte nada y que queden bien acomodadas 

Julieta: no hay forma de hablar contigo, eres igual que Déborah y Sara (se va) 

Bertha: (se acerca) con el poco tiempo que llevo aquí, me he dado cuenta que es la familia más difícil con la que he trabajado, pero ahora voy entendiendo a sus hijas 

Rosa: lo que me faltaba, ahora tú, mi asistente perfecta que no tiene hijos ¿me vas a decir que soy una madre desnaturalizada? 

Bertha: no, señora, yo sé de consejos de madres e hijos porque tomé un cursazo cuando me metí de lleno a trabajar como asistente del hogar 

Rosa: ¿y qué aprendiste en tu cursazo? ¿me vas a enseñar a mí, que tengo tres hijas, a ser una buena madre? 

Bertha: no, señora, eso le corresponde a usted y tampoco voy a cambiar su pasado familiar, pero tal vez pueda cambiar el presente y que tenga una familia unida 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora