CAPITULO 31 (LUCAS RENUNCIA A LA HERENCIA)

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Rosa: bueno, Prospi, te dejo con mi muy amiga para que se pongan de acuerdo con la sociedad de la tienda (mirando a Déborah) que es la mejor idea que se nos pudo ocurrir, amiga (sonríe) 

Déborah sonríe 

Próspero: pero...

Rosa: no hay pero que valga, mi amor, pónganse de acuerdo, mientras yo voy a ver a Juan del Monte como lo habíamos hablado anoche 

Próspero: no vayas, vas a complicar todo 

Rosa: ponte los pantalones, Próspero, y cierra este negocio para que Déborah Portillo sea mi socia 

Próspero: sí, pero es...

Rosa: pero es que nada, ya dije (la mira) nos vemos, Debi, estás en tu tienda (se va sonriendo) 

Próspero: (incómodo) 

Déborah: lo bueno es que llevas los pantalones, Prospi 

Paloma: (llegando) ¡Bea! 

Beatriz: ¿qué pasó, Paloma? ¿y mi niño? 

Paloma: Pedro se llevó a Tadeo 

Beatriz: ¿qué? (ambas se van corriendo) córrele 

...

Ambos estaban en un restaurante comiendo

Pedro: (mirando al mesero) amigo, ¿me podrías sacar una foto por favor? 

Mesero: claro (les toma una foto) 

Pedro: (ríe) muchas gracias 

Tadeo: está bien padre el avión, tío (volando un avión de papel) ¿les puedes pedir que me traigan un bolillito volando? 

Pedro: (recordando) 

Recuerdo...

Una mujer reía besandose con una persona en la casa, mientras Juan (niño) imitaba un avión con un bolillo

Pedro (niño): (mirando a su madre) 

Juan (niño): no veas para allá, hermano, mejor come 

Pedro (niño): (comiendose el bolillo) 

Fin...

Pedro: (mirando a Tadeo) no, un bolillo no 

Tadeo: a mí me gustan, pero como dice mi papá, el que paga manda 

Pedro: (ríe) Tadeo, hijo, ¿te gustaría vivir en la hacienda? 

Tadeo: (sonríe) me encantaría, tío 

Pedro: muy pronto vas a vivir ahí y estaremos juntos 

Tadeo: ¿a poco mis papitos y yo nos vamos a ir a vivir en la hacienda? 

Pedro: bueno, por ellos no te preocupes, aquí lo importante es que tú estés bien 

Chocan puños

...

Agustín: (abriendo la puerta) ¿patrón? Qué milagro que anda por aquí, pásele a lo barrido aunque trapeado tampoco esté 

Juan: (ríe) permiso (entrando) 

Agustín: disculpe el tiradero, pero apenas iba a acomodar todo, siéntese, por favor 

Juan: no se preocupe, don Agustín, nada más vine a ver cómo sigue 

Agustín: ya mucho mejor, patrón, cuando uno está viejo se juntan los achaques 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora