CAPITULO 107 (FALSOS DOCUMENTOS)

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Juan: si estás tan seguro, quiero que me las muestres, enséñamelas, enséñame de que soy culpable 

Sara: si te las voy a enseñar, mañana mismo en la oficina 

Juan: mi consciencia está tranquila, Sara. Lo que sea que tengas como pruebas van a resultar ser un error 

Sara: de corazón, espero que así sea, porque de otra forma, no podía comprender que le robes a tu propia familia 

Juan: nunca he robado ni un centavo a la empresa que mi padre contruyó con tanto esfuerzo 

Sara: Juan, yo misma revisé los estados financieros y hay un desvío de rescursos por millones de pesos

Juan: mañana prueba que fui yo, y te prometo que renuncio a la presidencia de la empresa 

Sara: de acuerdo, se va a hacer con todos presentes 

Juan: yo soy el más interesado en que esa junta se realice. Es momento de aclarar las cosas, buenas noches, Sara (se va) 

Sara: buenas noches (también se va) (piensa: ¿cómo puede seguir fingiendo? ¿Por qué miente?) (lágrimas) 

...

Dante y Déborah estaban entrando a ese aterrador lugar 

Dante: no sé para qué quieres ver esto 

Déborah: mientras más conozcas a tu enemigo, más oportunidades tienes de derrotarlo. A ver, ve a ver si alcanzas a ver algo 

Dante miraba a todos lados y solo pudo observar a lo lejos una silla. En ese momento su celuar comenzó a sonar 

Dante: (llamada) ¿sí, Juan? 

Juan: es urgente que hablemos ¿dónde estás? 

Dante: en la hacienda 

Juan: ¿qué haces aquí? 

Dante: vine a ver a la señora Déborah y a Pedro 

Juan: ¿Pedro está contigo? 

Dante: no, no, se fue hace un rato, yo me quedé con la señora Déborah porque me pidió consejo para lo de la tienda textil 

Juan: te veo en el despacho en cuando antes (la llamada finalizá) 

...

Rosa: Berthis, deja mi puchi en su lugar y mi saco 

Bertha: sí, señora (se va) 

Julieta: mamá, yo también estoy muy molesta, pero te pido por favor que no vayas a hacer un escándalo en la hacienda. Yo ya acepté casarnos por el civil, nada más 

Bertha: ah, perdón que me meta, pero la boda por el civil es lo que verdaderamente los convierte en marido y mujer frente a la sociedad 

Rosa: ¿y ante los ojos de Dios? ¿Qué va a decir Dios de esta barbaridad? 

Julieta: Bertha... ¿qué hace aquí? (confundida) 

Bertha: ah, es que su mamá y yo hicimos las pases y acepté volver a trabajar para esta familia 

Rosa: todo se solucionó, Julietita, pero a mí lo que realmente me importa es tu boda. Yo te quiero ver caminar hacia el altar, vestida de blanco, ya había visto unos modelos de vestido carísimo, de 100mil

Jessica: sí, y a mí que me lleve la fregada como siempre ¿no? (llorando) Siempre es más importante Julieta ¿no, mamá?

Próspero: a ver, hija, cálmate, tu madre y yo siempre nos hemos preocupado por darles cariño a todos por igual 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora