CAPITULO 82 (AMENAZAS)

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Julieta: ¿tienes listas mis maletas, Bertha? 

Bertha: sÍ, ya están en su auto 

Julieta: (sonríe) gracias 

Julieta estaba a punto de irse, pero su madre la detiene

Rosa: Julietita, ya no pude decirte que Déborah me contó que justo hoy daban de alta a Sara 

Julieta: peor para ella, mamá, pero no te preocupes, en cuanto yo entre a Santa Catalina, ella irá saliendo 

Rosa: (baja la cabeza) 

Julieta: no me digas que te sientes mal por Sara 

Rosa: ¡ay! No, por favor, mira, mi amor, es solo que yo, pues, no quisiera dejarte solita, me gustaría estar, pues, el fin de semana contigo, para cuidarte 

Julieta: (sonríe) me parece una gran idea, le voy a decir a Juan 

Rosa: fíjate que estaba pensando que, si Sara y Debs se van de la hacienda, ya nosotras quedamos como dueñas y señoras absolutas de Santa Catalina ¿no? (sonriendo) 

Julieta: así es, por eso quiero que estés conmigo, mamá, las dos sabemos que la única mujer y señora de Santa Catalina debo ser yo 

...

Sara: necesito que me escuches

Déborah: dime, mi amor ¿qué te hicieron? 

Dante estaba entrando a la hacienda

Déborah: ¿te hicieron algo? 

Sara: Juan me destrozó, me destrozó el corazón, la vida completa, estaba jugando conmigo, nada mpas (herida) se burló de mí 

Déborah: (la abraza) mi amor

Sara: tú eres lo único que tengo en la vida 

Déborah: te dije que tuvieras cuidado con el corazón 

Sara: Julieta está esperando un hijo de Juan (lágrimas) 

Déborah: esa trepadora se salió con la suya 

Sara: (lo mira) ¿tú sabías que Juan iba a hacer todo esto? (se acerca) ¿Sabes por qué jugó conmigo así? ¿Desde cuándo me lo ocultó? 

Dante: a mí, manténganme fuera de todos sus problemas, pero cuenta conmigo si necesitas un abogado 

Sara:  vas a tener que hacer doble trabajo

Juan y Modesto iban saliendo del despacho

Déborah: ¡eres igual a tu padre, Juan del monte! (enojada) ¡Traicionero, embustero! Lo que le hiciste a mi Saris me lo voy a cobrar muy caro 

Juan: no me importan sus insultos, Sara me tiene que responder a la propuesta que le hice 

Sara: (seria) con calma, Juan, ya te lo dije, en la noche doy mi respuesta 

...

Rosa: Julietita, creo que es mejor que tu padre te acompañe

Bertha: tiene razón, señora, que mejor que vena que la señorita Julieta tiene a su padre que la apoya 

Próspero: (se acerca) hija, no quiero que te vayas enojada conmigo, lamento mucho la discusión de hace rato, pero sé que eres una mujer hecha y derecha y no tengo duda que sabes tomar tus propias decisiones, solo que, pues, no sé si esta se la correcta 

Julieta: perdóname, papá, sabes que te amo, creo que es mi estado, que me pone mal, con tantos cambios de humor 

Rosa: Próspero, entrega a tu hija en Santa Catalina, ya que no lo pudimos hacer en la iglesia 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora