Beatriz: no me corra, por favor, señora (suplicando) tengo muchos gastos con mi hijo, la situación económica no es buena, por favor, por favor, necesito el trabajo, apiádeseme de mí (llorando)
Rosa: ay, Beatriz, Beatriz, no
Déborah: (apareciendo) ya le diste la noticia ¿por qué esta berreando?
Rosa: precisamente en este momento se lo estaba diciendo
Déborah: dame tu bolsa, quiero revisar que no te estes robando nada de la tienda
Beatriz: yo jamás me he llevado nada, no soy una ratera
Rosa: amiga Debs, nunca se me ha perdido nada con Beatriz ¿no crees que podemos aguantar un poquito mientras consiga otro trabajo?
Déborah: no, no, no, porque fíjate que últimamente ha bajado mucho la clientela, es que ve nada más, qué mal viste, con ropa tan corriente, da muy mala imagen
Rosa: amiga querida de mi corazón, pienso que tener una trabajadora nos ayuda mucho para que nosotras podamos hacer nuestras cosas, y además Prospi como no consulté la decisión con él
Déborah: tu Prospi no tiene nada que ver en esta decisión, Rose, y ya, que se vaya porque necesito platicar contigo
Rosa: lo siento, Bea...
Déborah: enséñane tu bolsa y salte de la tienda
Beatriz: (le muestra la bolsa)
Rosa: pero tranquila, Bea, se te va a liquidar conforme a la ley, tal vez en cuanto nos recuperemos de esta mala racha puedas regresar
Beatriz: (se cruza de brazos)
Déborah: yo te aconsejo para tu siguiente trabajo tengas mejor arreglo personal ¿eh?
Beatriz: (se va)
...
Tadeo: ya me tengo que ir a la escuela
Pedro: yo te llevo, hijo (sonríe)
Juan: recuerda que tenemos junta con Simón, T/n y Sara sobre la región aguacatera de Michoacán
Simón: sí, y más tarde está programada la reunión con el director de empleado del sector 5
Pedro: ya no se preocupen, no voy a faltar, pero entiendan, mi prioridad es mi principe
Tadeo: en la tarde tengo cita con un amigo mío que me ayuda a entender mis sentimientos
Simón: esa es una muy bonita forma de decirte a tu psicólogo, chamaco
Modesto: yo con mucho gusto llevo a Tadeo a la escuela
Pedro: no lo vas a llevar a ningún lado, no necesito de tu ayuda para cuidar a mi hijo
Juan: muy bien, Pedro, lograste obtener que le cambiaran el apellido a Tadeo, ahora es tu responsabilidad
Pedro: por supuesto que sí, nunca me va a pesar cuidar de mi principe de los caballos
T/n: ni hablar, querías un hijo ¿no?
Pedro: ah, pues sí (ríe)
Sara: Tadeo, bienvenido, te quería saludar. ¿Trajiste tu ropita? (sonríe y le da un beso en la mejilla)
Juan: lo tienes que llevar a comprar ropa y zapatos
Modesto: yo me sé rebien la talla de mi...
Lo miran

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LA HERENCIA, UN LEGADO DE AMOR
RomanceEsta historia será parecida a la novela, pero tendrá unos cambios. La historia muestra la vida de Don Severiano y a seis de sus hijos adoptivos quienes enfrentan la inesperada muerte de su padre, así como la llegada de una media hermana que ha sido...