CAPITULO 120 (MÁS PROBLEMAS)

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Juan esperaba a Sara en su despacho, pero al pasar los minutos la mujer no tenía intención de hablar con él. Comenzó a llorar viendo el cuadro de padre, su corazón poco a poco se estaba haciendo añicos por culpa del amor tan grande que sentía por ella

Mateo entra al despacho mirando a su hermano en un mal estado 

Mateo: ¿qué haces aquí tan solo, Juan? 

Juan: quería pensar (se limpia las lágrimas) 

Mateo: yo también, pero debo hacerlos con el estómago lleno o no me concentro (dice comiendo) 

Juan: Lucas me contó lo que te dijo Pedro 

Mateo: olvídalo, no tuvo importancia 

Juan: hermano, lo que Pedro te dijo no es verdad. Nuestros papás te amaban tanto como a nosotros. Estoy muy orgulloso de ti 

Mateo: (sonríe) gracias, Juan. Y mira, ya no me voy a clavar con eso 

Juan: Pedro ha estado más agresivo últimamente. Golpeó a Lucas en la oficina, delante de todo el mundo. Si T/n y yo no llegamos a detenerlo, no sé qué hubiera pasado 

Mateo: ¿qué onda con Pedro? O sea, Lucas es el que menos se mete con alguien 

Juan: no lo sé

Mateo: hermano, yo no quisiera agregarte otro problema... pero quiero preguntarte algo 

Juan lo miraba esperando la pregunta 

Mateo: ¿tú fuiste con Julieta a recoger los análisisde paternidad? 

Juan:...

...

Toda la familia Cruz estaba descansando, pero por culpa de unos golpes provenientes por la puerta, pues es descanso dejó de ser descanso 

Adela: ánimas bendias ¿y ahora? (dormida) ¡Quién! 

Rosa: (grita detrás de la puerta) ¡tu consuegra!

Adela: ¿qué? 

Agustín: ¿y ahora qué quiere esa señora? 

Adela: pues, yo qué voy a saber. ¿Qué horas son estás de andar visitando gente? (abre la puerta) 

Próspero: buenas 

Jessica: ay, qué perro oso, ma, te dije que no quería venir 

La familia Millán entra a la casa, la señora Adela estaba confundida

Rosa: tú te callas y me dejas hablar a mí. Perdón por la hora, pero es que el murciélago nos dejó tirados, ya le dije a mi marido que compre otro coche, porque como emparentados con lo del Monte...

Próspero: mejor ahí le paras, ya ¿sí? Don Agustín, perdón ¿eh? Qué pena 

Agustín: pues, ya están aquí 

Bryan: (se acerca) Jessica ¿qué estás haciendo aquí? 

Próspero: pues, te la trajimos nosotros porque queremos saber de una vez por todas si se van a arreglar o se van a separar. Pero lo que sea, que sea de una vez 

Adela: eh, sí, yo los entiendo, pero... también considero que el matrimonio, pues, es una cuestión de dos ¿no? O sea, casados los dos, entonces yo prefiero no meterme 

Rosa: sí, notros pensamos lo mismo, por eso trajimos a Jessiquita para que se arregle con su marido, los dos. Vámonos, Próspi...

Próspero: eh, no, nada de vámonos. Nosotros somos igual de responsables que ellos en todo lo que está pasando. Lo vamos a arreglar como la familia que somos ¿sí? 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora