Capítulo VIII. Una boda rápida.

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Narrador:

A la mañana siguiente, Vermont y Sofía, se reunieron en el despacho del señor Nikolau, Demonio, para intentaban concretar la cláusulas del contrato que definiría su matrimonio, después de una noche de sueños, y algunas lamentaciones. Tenían que hacerlo deprisa ya que la boda se celebraría dos horas después.

Finalmente, mientras, después de llegar a acuerdos de para increíble, lo firmaban los dos delante de los abogados que los representaban a ambos, a muchos kilómetros de allí, en las oficinas de Cornell Industrie, Andrew Cornell, CEO de la empresa, y Cotton Macferson, su ayudante, estaban preocupados, porque aún no habían encontrado la pruebas, que esa maldita de Vicki Milton había escondido.

- "Debes saber dónde la escondió, recuerda que la célula no se anda con chiquitas, si creen que los hemos traicionado, o que no podemos cumplir con la misión, se desharán de nosotros rápidamente."- se quejó Andrew.

- "Lo se señor, pero por mucho que la torturamos, esa mujer no dijo nada en ningún momento."- le respondió su ayudante.

- "¿Llamas a eso torturarla?, lo que tenías que haber hecho era traerla aquí, a nuestras instalaciones, y ya las células se encargaba de que ella cantara. ¿No te das cuenta de que al asesinarla no has podido averiguar si ella se comunique con alguien, y le ha dado las pruebas que nos incriminan?, Nada más ver que ha sido asesinada por las noticias, irá corriendo entregársela a la policía."- se quejó el CEO.

- "Eso no me preocupa, aparte tenemos suficientes infiltrados para controlar que la información no llegue a donde debe llegar, el problema es que tras investigar lo que la señorita Milton hizo en su despacho sospechamos que de alguna forma ha creado un arma que evitará que llevemos a cabo nuestro plan, nos faltan algunos elementos que controlan a los XR19 en los inventarios, y eso sí que es preocupante."- le dijo Cotton haciendo que el CEO, lo mirara con preocupación.

- "¿Qué acabas de decir? ¿Me estás diciendo que esa zorra, diseñó un arma, o una tecnología , que es una contraofensiva o que puede anular nuestro control sobre los chips que hemos creado, Los XR19?"- El ayudante no contestó, pero no hizo falta su carea y su inclinación de ojos pidiendo disculpas lo decía todo.-"Esto no debe saberse, o acabar con nosotros rápidamente, debemos encontrar esa arma los antes posible, y quien o quienes son las personas, o persona que Vicki ha podido utilizar, para enviarles la pruebas, y esa maldita arma que puede dar al traste con nuestros planes, y lo antes posible. Has investigado a esa maldita ingeniera, contactos, familia, amigos, tiene que ser personas en las que esa maldita confiaba mucho, a cualquiera no le envías tu algo tan importante."- dijo el CEO levantándose de su asiento para dirigirse al mueble bar que tenía en su despacho, necesitaba urgente una copa.

- "Vicky Milton era muy lista, borro, todos los ordenadores que tenía los de su casa, y también los de su mesa aquí en la compañía. Robó todos los discos duros, para que no pudiéramos recuperar esa información, además de robar los planos del XR19. Lo único que hemos descubierto es que no tiene hermanos, su madre falleció hace cinco años de cáncer, era madre soltera, del padre de Vicky nos y sabe nada, ella no lo conoció, estudio, gracias a su inteligencia, mediante becas, no s ele conoce pareja, ni relación de amistad excepto por una amiga, con quien vivió, durante sus años de universidad, y su maestría, pero su amiga volvió a México con su madre, debido a que su abuela se enfermó, y de eso hace ya dos años. Esa maldita mujer vivía como una ermitaña, de su casa al trabajo sólo dos veces en semanas iba a al Gimnasio a practicar Krau maga, y te puedo decir que muy bien aún tengo varios hombres lesionados, y me duele la mandíbula de uno de sus golpes, esa bruja se defendió bien."- dijo Cotton tocándose la mandíbula.

- "Ósea ¿Qué con eso me estás diciendo que o tenemos nada?, perfecto, seguro que la célula nos creara cuando se lo contemos. Seguro."- ambos se miraron preocupados, pero ahora o podían abortara, o sus vidas no iban a valer nada.

El guardián de mi cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora