Capítulo XLIX. Las primeras oportunidades.

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Sofía (alias Isabel).

-" Creo que lo mejor, ante todos los problemas que se han generado, es que retrasemos la Nahaei para otro momento."- dije yo traduciendo las escuchas que habíamos grabado la noche anterior.

Después de la pequeña crisis que se había generado con mi madre, y tras su pronta solución, nos dedicamos a nuestro trabajo, que era traducir todo lo que se había dicho en la reunión, ayer, de integrantes de la cúpula de la célula Carmesí.

Las pocas personas del gobierno, y en concreto del departamento de contraterrorismo de la CIA, que conocían de la misión, habían descubierto, gracias a sus informantes, que entre las personas que se encontraban reunidas en esa sala, estaba ni más, ni menos, que el líder y fundador de la célula, así como varios representantes del núcleo duro del movimiento.

Así que al recoger toda la información que teníamos, por las grabaciones que, durante toda la noche habían quedado guardadas en él sistema de protección que, había creado la inteligente científica y exmodelo, era muy importante.

Cuando empecé a escuchar los audios de las conversaciones, me di cuenta de que sólo tres personas llevaban la voz cantante, una de ellas, era Andrew Corneld, al que denominaban, como una señal de respeto, Sayyid.

Esto fue un dato importante porque, según mis conocimientos del islam por los estudios que realicé, solamente se denominan así, de esa manera, a las personas que se consideran de rango superior. Sólo había una persona que estaba por encima de la forma respetuosa con la que se dirigía a el señor Corneld, y ese era el que yo identificaba como el jefe de la célula, al que llamaban Gran Sayyid.

Lastimosamente, sólo pudimos colar en el reservado, entre la ropa de Andrew Corneld, un audio, y no teníamos acceso a ningún video para relacionar las voces, con las caras, que hubiese sido muy necesario para, reconocer a la cúpula de la célula que pretendía perpetrar ese horrible ataque terrorista.

Lo que verdaderamente no me gustaba de lo que estaba escuchando, era que muchos de los miembros de la célula, comenzaban a ponerse nerviosos, y como acababa de escuchar, pretendían retrasar lo que ellos llamaban Nahaei, cuya traducción exacta era "El Juicio". Eso me hacía suponer que para la célula este ataque era una forma de juzgar a todos aquellos infieles, que ellos consideraban sus enemigos.

Si eso ocurría, si la parte conservadora de la cúpula de la célula conseguirá sus objetivos, estábamos perdiendo una gran oportunidad para desmantelarlo, y ponerles fin a sus atroces planes.

Así que para recogerlo todo bien, y que está información pudiera ser transmitida, traducida y correctamente complementada, a aquellas personas que conocían de esta misión, y que debía de tomar medidas para controlar a la personas infiltradas, ya que como hemos dicho varias veces, aunque teníamos una lista de posibles espías, y debido a los niveles de infiltración que tenía la célula en diferentes departamentos, que incluso podrían llegar hasta la propia Casa Blanca, no deberíamos descartar que también, hubieran algunos sujetos que no estuvieran añadidos a lista por su propia seguridad.

El problema es que teníamos ahora era identificar las voces y relacionarlas con los diferentes rangos que podían tener, dentro de la célula, nuestros posibles enemigos. El problema radicaba en que solo identificábamos dos voces, la de Andrew Corneld, que aparte de Sayyid, llamaban, Melek Bashkhiyan, y la de la persona a la que yo más quería enfrentarme, Cotton Macferson, que era conocido como, Krikor Zavaryan, era esto simplemente eran voces desconocidas que no podíamos relacionar con las personas que se hallaban allí reunidas.

Para recoger mejor la información establecimos un sistema de trabajo, entre nosotros, donde yo traducía, mis traducciones eran recogidas por Vale. Al mismo tiempo, Samary creaba un programa donde aislaba las voces, para crearle parámetros de reconocimiento de voz, y así, los de la CIA podrían moverse para ir reconociéndolos de manera paulatina.

El guardián de mi cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora