Capítulo XLVII. Un riesgo con el que no se contaba parte 1.

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Sofía (alias Isabel)

- "¿Dónde estuviste anoche todos?, me pareció raro que no llegarais del evento."- nos preguntaba mi suegra mientras nosotras devorábamos literalmente la comida con la cara metida en plato, mientras en cambio, nuestros correspondientes verdugos tomaban el café tranquilamente con una sonrisa de satisfacción, y orgullo masculino.

- "Pues mami Maggie, decidimos quedarnos en los reservados, ya que salíamos muy tarde."- dijo Dante, con una sonrisa disimulada, llamado a mi suegra con el nombre que siempre usaban con ella, Smile y Dante.

Cuando le pregunté a He-man porque Norman, y Bacon, llamaban a Maggie, mami Maggie, me contó que cuando ellos estudiaban en la universidad, su madre lo pasó muy mal, al ser hijo único, y solía presentarte, muy a menudo, en el campus, objetando que no podía vivir sin su adorado hijo, fue allí donde conoció a sus dos compañeros de habitación, y mejores amigos, así que literalmente los adoptó como hijos suyos. Las tres familias, los Nikolaus, los Martin, y los Wilson, se llevaban genial, como una gran familia, incluso hacen negocios entre ellos, o se apoyaban en los negocios. Pero, sobre todo, las que mejor se llevaban, son las tres matriarcas de las familias, la abuela Nikolaus, la madre Martin y la madre Wilson, incluso suelen viajar juntas, para organizarle la vida a sus hijos o nieto, quisieran ellos, o no.

Vermont me llegó a decir, que el mundo funcionaba así, porque esas tres damas no habían formado una alianza y organizado, aún, los cambios, pero el día que lo hicieran, tenía por seguro que el mundo conocido dejaría de existir, eran los tres seres más peligrosos, controladores, inteligentes y amorosos de la tierra.

- "Si mami Maggie, además teníamos que asegurarnos que tu hijo cumpliera con su trabajo sin dejarnos sordos a to... ¡Ah! ... ¡Mmmm!"- dijo Smile, siendo interrumpido por dos acciones casi a la vez, la primera fue un codazo muy merecido que le dio su mujer en las costillas, y la segunda fue un trozo de pan que le metió Vermont en la boca, cuando al quejarse por el codazo, abrió la boca. Me alegre que ellos lo hicieran, por yo no lo tenía cerca, aunque se me pasó por la cabeza, lanzarle algo, para que dejar de avergonzarme, más de lo que ya estaba.

La sonrisa de felicidad de Maggie, y la mueca para evitar sonreír de mi suegro, me hizo ver que estaban más que complacidos con la información recibida.

- "Bien, y usted dos parejitas ¿también estaban trabajando para aumentar la familia?, porque no creo que se hayan quedado en la puerta toda la noche, asegurándose de que esos dos hagan su trabajo, que envidia siento por Kalika y Marjorie, tiene la casa llena de nietos, en cambio este mal hij..."- mi suegra fue interrumpida, por mis dos mejores amigas, mientras Cop y Dante miraba con una clara advertencia a Smile, que levantaba los hombros y las manos, en señal de rendición.

- "Tranquila Maggie, te vas aburrí de nietos en su momento, pero por ahora, disfruta de la tranquilidad"- le dijo Samary.

- "Si tranquila, además, mi suegra a veces desea un poco de tranquilidad, esa niña absorbe mucho te lo aseguro."- dijo también Vale, después de mirar a su marido con una clara advertencia en los ojos, que hizo que este dejara de sonreír, y agachara la cabeza para comenzar a comer en silencio.

Yo por mi parte quería enterrarme en el plato, no por la situación que ya era bastante humillante, sino porque me sentía culpable, muy probablemente cuando todo acabara, nada de lo que Maggie deseaba, ocurría, y yo deseaba morirme por sentirme una puta mentirosa. Como les he dicho y sabéis, no se mentir, se me nota muy rápido, pero aún peor es cuando tengo que mentir a gente que me importa, por eso de pequeña, mi madre me las cogía todas.

- "Bueno dejemos esto, mamá, tenemos que reunirnos, en nuestro salón, le dices a Hilton, que nos lleve café en dos horas, ya algo de fruta."- le dijo Vermont, comenzado a levantarse.

El guardián de mi cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora