Vermont.
Estoy harto de esto, decididamente esto no es lo mío, si ya odiaba los muller o brifim. Que era las reuniones de inicio de turno, y también las reuniones de planificación con los altos mandos en mi trabajo de policía, que no sería esto, sobre todo tras la cuarta reunión con los jefes de departamento, que estaban implicados en el proyecto conjunto con Corneld. Yo ya estaba a punto de saltar por la ventana, si hubiera tenido alguna duda alguna vez, de dejar el departamento, y asumir mi papel de CEO de la empresa de mi familia, se había despejado en menos de cuatro horas.
Para colmo, por el bien de la investigación debía estar atentos a todo esto, es justo por eso que había dejado mi móvil en mi despacho, para no tener la tentación de distraerme con otra cosa, que no fuera los planos, la planificación financiera, además de los aburridos argumentos, que los jefes de departamentos me estaban relatando. Menos mal que tenía a German conmigo, que estaba grabándolo todo, y así podría enviar esa información a mi dos "inestimables" amigos, para que me sacaran lo más importante, a parte de lo que yo ya había detectado, vamos, que trabajaran un poco, por culpa de ellos estaba yo metido en todo esto, bueno por culpa de ellos, y también, porque el gilipollas de Corneld, que pretendía usar a mi familia, y el patrimonio de mis padres, para acometer sus delitos, y eso sí que no se lo iba a permitir.
No había dormido mucho, y no ayudaba que me estuviera aburriendo con estas reuniones, este era el cuarto café que me había tomado, si seguía así no dormiría esta noche, y eso era muy peligroso, no quería ni pensar que podía pasar si permanecía despierto toda la noche, sobre todo al lado de la tentadora mujer que dormía en mi cama, totalmente inconsciente, accesible e indefensa a mis autónomas manos.
Desde luego quedaba descartado lo de dormir de nuevo en el sofá del despacho de mi padre, por muy cómodo que fuera, principalmente por una única y poderosa razón, Maggie Wilson y sus recciones si su hijo volvía dormir de nuevo en el despacho de su marido dos días seguidos, no quiero ni imaginar de lo que era capaz esa deseada futura abuela, preocupada de que su hijo no cumpliera con lo pactado de darle un nieto. No desde luego no era buena idea.
La única solución que yo veía era que debía llegar cansado, lo suficientemente cansado como para que mi cuerpo rogara por su descanso, así seguro, no se activaría en sueños, y no nos metería en problemas a los dos, ya que, después de lo que había pasado la mañana anterior, no podía poner las manos en el fuego de que, Jessica Rabbit colaboraba conmigo en detener esto, de una manera definitiva.
-" Señor su esposa está en vestíbulo, por lo visto está en un problema."- me dijo German acercándose a mí, y diciéndomelo en el oído.
No sé porque no me parecía extraña esas dos palabras juntas, esposa y problemas, desde que conocía a esa inquietante mexicana, siempre estaba en problemas.
-" ¡Maldita sea! ¿En qué andará metida esta mujer ahora?"- murmuré entre dientes -" Se suspende la reunión"- dije en alto, saliendo de la sala de juntas, alegrándome en el fondo que la inconsciente y problemática señora Wilson, me hubiera sacado del infierno en el que llevaba metido todas estas horas, desde que llegué a la cede de Wilson Weapons Technology.
-" ¿Que ha pasado?"- le pregunté a German mientras veía que como varios escoltas de la compañía nos acompañaba.
-" Ha saber que ha montado está loca, ahora."- iba pensando, al verme rodeada de tanto guardaespalda.
-" Al parecer, según Glen, que ha traído a la señora Wilson a la compañía, está teniendo una discusión con la señorita Goodman, y está todo lleno de empleados, ya se ha llamado al personal de seguridad."-
ESTÁS LEYENDO
El guardián de mi cuerpo
RomanceCuando Sofía regresa a la casa que compartirá con su mejor amiga, después de un día de trabajo de un turno doble en el restaurante italiano de Gios, al que había ido directamente al regresar después de casi dos años, desde México, donde vivía con su...