Capítulo LII. La respuesta a una estupidez parte 1

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Sofía (alias Isabel).

Apenas me podía creer, lo que mis oídos estaban escuchando, llevamos meses preparando todo esto, mintiendo a muchas personas, y arriesgándonos, en hacer cosas que podía acabar con nuestra vida, y de la nada, sin pensarlo, sin meditarlo, y de mutuo propio, habían decidido, esos tres, en tirarlo todo por la borda.

- "Cuando agarre al pervertido, se va a enterar."- decía Vale, mientras oía a su marido, mediante los prototipos de audífonos que llevábamos introducido, disimuladamente, en la oreja, animando a sus dos mejores amigos, mientras estos se enfrentaban en un duelo de esgrima.

La sorpresa que nos llevamos, mientras escuchábamos a tiempo real lo que recogía el micrófono que llevaba Andrew, para aprovechar lo más posible la duración de la batería del pendiente, fue mayúscula.

No sabíamos qué demonios hacían esos tres en el Club Deportivo donde se encontraba en esos momentos Corneld, ese maldito terrorista, pero desde luego no ayudaba a la misión para nada. Cuando los vimos salir a los tres del salón, donde estábamos reunidos, pensábamos que debían de resolver algo relacionado con la misión en la empresa, que simplemente tenían que terminar de ajustar las negociaciones, para que se acelerarán la llegada de los microchips, y así poderlos bloquear, mediante las autoridades que estaban implicadas, que debían de hacer lo suyo.

Pero nada más lejos de nuestra suposición, aún no nos lo podíamos creer cuando, después de un rato de aburridos audios, donde de lo único que se hablaba era la maldita competitividad masculina, las voces de nuestras respectivas parejas se escucharon claramente a través del receptor de audio.

- "¿Pero ¿qué están haciendo estos gilipollas?"- dijo la directa y explicita Vale.

- "No sé, pero lo vamos a averiguar."- dijo la inteligente exmodelo, Samary, cuando cogiendo su ordenador, comenzó a obrar su magia, para hackear las cámaras que había en el club.

Pronto las imágenes nos llegaron nítidas, en ella se veía como el marido de Samary y el mío, se ejercitaban en un duelo a esgrima, alentados, por el bocazas del marido de Vale, mientras eran rodeados por otros espectadores, entre los que se encontraba, Andrew Corneld y su asistente.

- "Maldita sea, con el maldito policía, luego soy yo la inconsciente que corre hacia el peligro."- gemí enfadada.

- "¿Pero ¿qué le pasa al demonio? ¿se ha vuelto gilipollas o algo?"- dijo Samary al mismo tiempo que yo me quejaba de la inconsciencia de mi marido.

- "Vamos a buscar a esos tres, antes que acaben cargándola."- sugirió Vale.

- "Pero no podemos presentarnos allí sin más, debemos tener alguna excusa, no podemos generar ningún tipo de sospecha en Corneld, ni en su asistente. Recordar todo lo que hay en juego."- comentó la siempre previsora científica.

- "Podríamos ponernos ropa de deporte, y presentarnos como si hubiéramos ido a hacer alguna actividad en el club, Samary, ¿podrías hackear el ordenador del club y añadirnos como socias?"- le dije a mis dos amigas, cuando esa idea me vino a la mente.

- "Ya había mirado eso, pero resulta que al ser tu marido socio, de manera automática, y debido a que tu marido pagó la membresía VIP, vuestros hijos, si los tuvierais, y tú, también sois socios, según el Reglamento del Club. Veo en el expediente de tu marido, que te ha puesto como estado casado, sólo debemos presentarnos con tu identificación, y tú debes extender una invitación a nosotras dos, para que podamos entrar."- me dijo Samary que ya se había adelantado dos pasos a mi idea, como se suele decir, las grandes mentes piensan igual.

- "Pues no sé qué estamos esperando, voy corriendo a vestirme, nos vemos en el coche en cinco minutos, por lo que a mí me respecta, cierto estúpido vicepresidente, tiene un problema bastante gordo, tanto que ni con flores, ni con joyas, ni con sexo, va a poder arreglarlo."- dijo la decidida Valerie, mientras salía por la puerta del salón, para prepararse, y así ir a buscar a nuestros inconscientes maridos.

El guardián de mi cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora