The Longest Race • (Charles Leclerc)

Capitulo 4

(2017)

(A los 20 años...)

Mientras explorábamos las calles de París, mi hermano Théo y yo nos sumergíamos en la esencia de la ciudad. Quería familiarizarme con todo antes de que comenzaran las clases en Le Cordon Bleu, asegurándome de no perderme en este nuevo entorno. Mis padres se habían quedado en Mónaco debido a la enfermedad del padre de Charles. No se estaba sintiendo bien últimamente, así que se quedaron. Aunque quería quedarme y brindarles compañía, insistieron, junto con mi hermano, en que este viaje a París era crucial para mi futuro.

-¿Y qué piensas de París hasta ahora? - Théo me preguntó mientras caminábamos por la calle Quai André Citroën, siguiendo el curso del río Sena hacia nuestro nuevo departamento, que compartiríamos con Danielle.

-Increíble - respondí, ajustándome los anteojos de sol. - Y ¿sabes qué es lo mejor? ¡Que estaremos cerca de la Torre Eiffel desde el departamento!.

-Desde allí, estoy seguro de que tendrás una vista increíble - comentó Théo- Ni hablar de que el barrio parece tranquilo.

-Si, bueno, hay muchos turistas- levante mis hombros- Pero no me quejo.

-Al menos estará transitada, y no estarán solas- afirmó a lo que le sonreí en contestación. Me encantaba que Theo esté preocupándose por mi.

En ese momento, su teléfono sonó, y noté un cambio en su expresión. Contestó brevemente y colgó. Ahí fue cuando vi algo que anhelaba desde que puse un pie en París.

-¡Hey, mira! Voy a comprar un helado, ¿quieres uno? - le pregunté a Théo mientras me dirigía a un vendedor callejero. Pedí mi sabor favorito, pistacho, y luego me dirigí a mi hermano, pero algo no estaba bien.

-¿Estás bien, Théo? - pregunté, preocupada, notando su comportamiento extraño.

-Oh, sí, solo olvidé algo en el departamento. ¿Me acompañas o necesitas ver algo más? - respondió Théo, nervioso.

-Théo, me estás preocupando. ¿Qué pasa? - insistí, pero antes de que pudiera decir más, sugirió que había olvidado algo relacionado con el trabajo y me propuso volver al departamento. Lo tomé del brazo, decidida a descubrir qué estaba sucediendo.

Una vez que llegamos, me dirigí a lo que sería mi dormitorio. Aunque era modesto, con una cama, un escritorio y una silla, me parecía perfecto. Descubrí que teníamos un baño, otra habitación para Danielle y una cocina espaciosa con una isla, ideal para practicar fuera de las clases. Al regresar al lugar donde estaba mi hermano, noté que no se había movido, pero su teléfono volvía a estar en su mano. Un sentimiento de preocupación se apoderó de mí.

-Théo...

-Debemos regresar, Julie - dijo él con seriedad.

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Fue extremadamente duro, especialmente porque apenas me dijeron la noticia, mi hermano y yo no dudamos en ir rápidamente al aeropuerto y tratar de buscar el pasaje de avión más pronto para ir a Montecarlo. Lamentablemente, no iba a ser hasta la madrugada al día siguiente que conseguiríamos el primer vuelo hacia allí. Por mi parte, he llegado a discutir incluso con la recepcionista del aerolínea intentando que al menos entender a la situación de qué el padre de mi mejor amigo había fallecido y que me necesitaba. De no ser por los brazos grandes de mi hermano que me tranquilizaban, creo que me hubiese dado un ataque. Yo me encontraba en París y mi mejor amigo sufriendo allá por la muerte de su padre.
Necesitaba estar con él, sin importar lo que hubiese pasado entre nosotros.