The Longest Race • (Charles Leclerc)

Capítulo 25

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Narrador Omnisciente

-Yo no quería besar a Charlotte-

Después de la confesión de Charles sobre el beso que no quería darle a Charlotte, la tensión entre ellos era palpable. Juliette, intentando mantener su compostura, se apoyó en la barandilla del balcón, mirando hacia el horizonte nocturno de Montecarlo.

—Charles, no entiendo lo que estás diciendo— preguntó casi sin voz— ¿Qué quieres decir con que no querías besar a Charlotte? - preguntó Juliette, tratando de procesar la revelación.

Charles se acercó lentamente, y la luz tenue del balcón resaltaba la expresión intensa en su rostro.

—No quería besar a Charlotte porque... - titubeó por un momento, antes de continuar - pensaba que eras tú—

-¿Qué?— preguntó Juliette incrédula.

-Te lo juro— le suplico— Esa noche, cuando gané la carrera de clasificación, mi mente solo estaba en encontrar a alguien que había estado ahí para mí, alguien a quien realmente quería ver.

La mirada de Charles se encontró con la de Juliette, y en ese momento, ambos se sumieron en un silencio tenso. Era como si el tiempo se detuviera, y la única cosa que importaba era la conexión entre ellos.

—Pero entiendo que esto suene a locura, y probablemente pienses que estoy tratando de... - Charles trató de explicarse, pero Juliette lo interrumpió.

—¿De que? - preguntó ella, sintiendo cómo su corazón latía más rápido.

El trago en seco pero su compostura se transformó a una determinada.

-Lo que te estoy tratando de decir que... - Charles se acercó aún más, y su tono se volvió más íntimo -... hay algo en ti que me hace perder el control, algo que no puedo explicar con palabras. Y ahora, estoy luchando contra las ganas irresistibles de besarte.

-¿En serio?— aquella pregunta salió de la boca de la castaña sin su permiso. Charles sonrió al escuchar eso, así que dio unos pasos más hacia ella, y colocó gentilmente su mano derecha en la mejilla de ella.

-Si- sonrió cerca de ella.

Charles, al notar que se mordía el labio inferior de lo nerviosa que estaba, con su pulgar comenzó a tocar los labios de la castaña, haciéndole caricia.

-No te imaginas cuánto, Jules—

Juliette, sintiendo la cercanía de Charles y la suavidad de su tacto, luchaba contra sus propios nervios. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, el mundo exterior parecía desvanecerse. Las palabras de Charles resonaban en el aire, creando una atmósfera cargada de deseo.

- Charles, esto es... peligroso - admitió Juliette, su voz temblando ligeramente. Su mirada se desvió hacia los labios de Charles, y el pulso entre ellos se intensificó.

Charles se acercó aún más, sus labios rozando suavemente el lóbulo de la oreja de Juliette.

- A veces, lo peligroso es lo que hace que las cosas sean emocionantes, ¿no crees? - susurró Charles, dejando un rastro de besos por el contorno de la oreja de Juliette.

Ella cerró los ojos, sintiendo la mezcla de emociones que recorría su cuerpo. La tentación estaba ahí, palpable, y la conexión entre ellos no podía ser ignorada.