Capítulo 61

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Juliette's POV




Me desperté con una sensación extraña en el pecho, una mezcla de alegría, nerviosismo y gratitud. La luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación en una suave luminosidad dorada. Sentí el cálido peso del brazo musculoso de Charles a mi alrededor y sonreí ante la visión de su rostro sereno mientras dormía.
Sus rasgos, iluminados por la luz del amanecer, parecían esculpidos por los dioses. Cada línea, cada curva, era perfecta a mis ojos. Me quedé observándolo por un momento, maravillada por su belleza, por la intensidad de los sentimientos que despertaba en mí.
Después de un momento, decidí moverme con cuidado para no despertarlo. Me deslicé fuera de la cama con suavidad, sintiendo el suelo fresco bajo mis pies descalzos. Me envolvió una sensación de paz y serenidad mientras me dirigía hacia la ventana y abría las cortinas de par en par.
El paisaje fuera era impresionante: el sol apenas asomaba por el horizonte, tiñendo el cielo de tonos rosados y dorados. Respiré hondo el aire fresco de la mañana, sintiendo cómo revitalizaba mi espíritu y renovaba mis energías para el día que se avecinaba.
Volviendo mi mirada hacia Charles, sentí un amor abrumador y profundo por él. Y en ese momento, mientras lo observaba dormir plácidamente, supe que no podría imaginar mi vida sin él a mi lado.
Una vez que me aseguré de no perturbar el sueño de Charles, me senté a su lado y comencé a peinar su cabello con cuidado. Los mechones suaves se deslizaban entre mis dedos mientras los acomodaba con ternura, admirando la textura sedosa y los mechones rebeldes que caían sobre su frente.
Observé su rostro tranquilo y relajado, sintiendo una oleada de amor y gratitud hacia él por estar a mi lado.
Después de unos minutos, cuando su cabello estuvo perfectamente peinado, me quedé un momento más contemplando su rostro dormido antes de levantarme con cuidado de la cama.

Me dirigí al baño para empezar el día, dejando a Charles descansar mientras me dirigía al baño para darme una ducha.

Después de un rato bajo el agua, dejando que el calor del agua me relajara y revitalizara mi cuerpo, me sumergí en mis pensamientos, reviviendo cada momento de la noche anterior con Charles. Cada caricia, cada beso, resonaba en mi mente, llenándome de una cálida sensación de felicidad y emoción.

Cuando finalmente salí de la ducha, envuelta en una toalla suave, me encontré con la sorpresa de ver a Charles en la habitación, ocupado preparando el desayuno para los dos. Lo observé por un momento, maravillada por su figura esbelta y atlética, destacando contra el fondo de la habitación. Sus músculos tensos y definidos se movían con gracia mientras se movía de un lado a otro, concentrado en la tarea.

—Buenos días, dormilona —me saludó con una sonrisa traviesa, levantando la mirada para encontrarse con la mía—. Espero que hayas dormido bien.

Asentí con una sonrisa mientras me acercaba a él, admirando el desayuno que había preparado con tanto esmero. El aroma tentador de café recién hecho y pan tostado llenaba la habitación, despertando aún más mis sentidos.

—Buenos días —respondí, sintiendo cómo un cosquilleo de anticipación recorría mi cuerpo—. Esto se ve delicioso. ¿Lo pediste tú?—

—Así es— asintió con la cabeza mientras colocaba sus manos sobre mi cintura— ¿Te gusta?—

—Me encanta. Gracias— coloque mis manos sobre su pecho.

Lentamente, Charles se acercó a mí, para darme un dulce beso en mi labios.

—Podría acostumbrarme a despertarme así—Me estremecí ligeramente ante su cercanía, sintiendo la calidez de su aliento sobre mi piel.

Sus labios suaves y cálidos se encontraron con los míos en un beso dulce y reconfortante, haciendo que mi corazón latiera con fuerza en mi pecho.

The Longest Race • (Charles Leclerc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora