En un pequeño rincón del tiempo, entre las sinuosas calles de Montecarlo, Mónaco, dos almas se entrelazaron desde la infancia, tejiendo una amistad que desafiaba las barreras temporales, incluso aquellas que separan la amistad del amor.
Ella, con un...
El tiempo volvió a ser un intermidiario tanto para Charles como para Juliette. Desde aquella entrevista, ninguno de los dos volvió a hablar con él otro. Se pensaban mutuamente, y las ganas de llamar al otro o siquiera saber cómo estaba, no faltaban. Pero no podían.
Por un lado, Charles se sumergió en un periodo de reflexión, alejándose no solo de Juliette sino también de sus amigos y del ruido mediático. La confusión emocional y el dolor persistente lo llevaron a distanciarse de todos sus amigos, tratando de encontrar la mejor manera de resolver esto. Sin embargo, no se daba cuenta de que no podía hacerlo solo.
Intentaba constantemente destacar su relación con Charlotte en las redes sociales y entrevistas, una conexión que, en realidad, era únicamente un acuerdo mediático. Cada gesto con Charlotte era un recordatorio amargo de la distancia que había creado con Juliette.
Por otro lado, Juliette, quien ahora no solo se había recuperado mucho más que bien económicamente, intentaba despejar su mente pasando el rato con sus amigas y su familia. Sin embargo, en los momentos de silencio, la sombra de lo que había compartido con Charles la perseguía. Aunque no quería admitirlo, cada beso, cada risa, ahora se veía eclipsado por el recuerdo de esa entrevista y la foto de Charles con Charlotte.
Pero todo eso cambiaba en dos momentos: uno, cuando hablaba con Max antes y después de alguna carrera y, dos, cuando se concentraba en su trabajo. Cuando hablaba ocasionalmente con Max, se sentía bien, como si se convirtiera en un refugio temporal, ofreciendo un alivio momentáneo a las complejidades que rodeaban su corazón. En cuanto al trabajo, había progresado a muchísimo por el cargo que tenía. Fue a varios eventos de renombre que la hicieron conectar con un mundo que iba más a allá de la cocina. Conoció gente famosa, participó en fiestas de empresas de renombre y hasta la llamaban para participar en programas de televisión. Su éxito profesional crecía, pero en su vida personal, la ausencia de Charles pesaba como una carga insoportable.
Ambos, desde diferentes rincones del mundo, anhelaban la conexión que compartían antes de que las circunstancias los separaran. as redes sociales, una vez más, se convertían en el único medio de comunicación entre Charles y Juliette. Aunque estaban a miles de kilómetros de distancia y cada uno intentaba seguir adelante con sus vidas, sus perfiles en línea actuaban como ventanas discretas a sus mundos. Publicaciones cuidadosamente seleccionadas, fotos compartidas y mensajes encriptados se volvían su única conexión, una forma de saber del otro sin que el otro lo supiera. En este universo digital, donde la realidad y la representación se entrelazaban, la distancia física no impedía que sus historias se cruzaran de manera inesperada.
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Juliette's Instagram
20/06/23
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