Capitulo 79

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Charles' POV




Fueron segundos.

Tan solo segundos que parecieron una eternidad.

El sonido del motor acelerando, el grito ahogado de Sabrina, el empujón de Julie para apartarla del camino del coche. Luego, el impacto, sordo y brutal, que resonó en todo el estacionamiento del hotel.

Las sirenas de las policías llenaron el aire y las luces parpadeantes tiñeron todo de azul y rojo. El coche se detuvo de golpe, y el conductor salió a la carrera, pero los oficiales lo redujeron rápidamente, esposándolo contra el suelo. Toda la escena era un caos de sirenas, voces y luces.

Y yo lo había visto desde mi carro.

Sin apartar la vista de ella, apagué el coche y, lo más rápido que pude, bajé para acercarme y ver si aquello que más temía era real. Mi corazón latía con fuerza y mis pasos eran frenéticos mientras me dirigía hacia el lugar del accidente.

A medida que me acercaba, pasé por al lado de la policía, quien hacía fuerza para reducir a un hombre tirado en el suelo, con sus manos puestas detrás de la espalda y un rostro lleno de ira. A su lado, otro oficial custodiaba un coche detenido con marcas de daños en el capó y el parabrisas.

Las voces de los policías eran claras y autoritarias, pero yo apenas podía concentrarme en ellas. Todo mi enfoque estaba en encontrar a Julie, quien yacía en el suelo, rodeada de oficiales y personal del hotel. Había un paramédico arrodillado a su lado, pero no podía ver claramente su estado.

Vi a Sabrina, temblando y llorando, mientras un oficial intentaba consolarla. Mi mundo se tambaleaba al ver a Julie en esa condición. El impacto debía haber sido fuerte, pero lo único que importaba era saber si ella estaba viva, si estaba bien.

—Déjenme pasar—

Corrí hacia el lugar, esquivando a los oficiales y los vehículos policiales. El caos a mi alrededor parecía volverse más fuerte con cada paso, pero solo quería llegar a Julie.

—¡DÉJENME PASAR! —grité empujando a algunos oficiales que había alrededor de ella. Mi corazón latía como un tambor mientras me abría camino entre el bullicio, cada paso hacia Julie era un acto de desesperación.

La encontré tendida en el suelo, inmóvil, con un paramédico arrodillado junto a ella. Su cuerpo estaba torcido de forma extraña, y su respiración era irregular y débil. Había sangre en su rostro y en su ropa, y su cabello estaba enredado y sucio por el impacto. Su piel, normalmente cálida y viva, estaba pálida, y sus labios parecían tener un tono azul.

Tomé su mano, esperando sentir una reacción, pero no hubo respuesta. Sus ojos estaban cerrados, y su expresión era tranquila, como si estuviera dormida, pero el silencio que la rodeaba era aterrador. Había moretones en su brazo y un corte en su frente, y el paramédico estaba aplicando presión sobre una herida en su costado para detener el sangrado.

—Señor, necesito que...— el paramédico intentó decirme pero no me interesaba oírlo.

—Oh, por Dios, Julie, por favor, despierta —le susurré, mi voz quebrándose por el miedo y la angustia.

Mire a todos alrededor en busca de una respuesta.

—¡¿Alguien puede explicarme qué mierda pasó?! —grité, la furia y la desesperación mezclándose en mi voz.

Una oficial se acercó a mí, intentando mantener la calma mientras me empujaba suavemente para alejarme de Julie.

—Señor, necesito que se tranquilice y me acompañe —dijo, con una mano en mi hombro.

The Longest Race • (Charles Leclerc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora