Capitulo 77

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Juliette's POV




El agua salada sobre mis pies, el sol iluminándonos, el sonido de las risas de mis amigos jugando a lo lejos, todo era perfecto. Pero me faltaba algo.

Me faltaba él.

¿Lo extrañaba?

Maldita sea, claro que sí. Lo amo, ¿por qué ni siquiera ha intentado llamarme?

Caminé por la orilla, sintiendo cómo las olas se deslizaban suavemente sobre la arena antes de retroceder. El mar siempre había sido un lugar donde podía pensar, pero esta vez, mi mente estaba llena de preguntas sin respuesta. El caos de la noche anterior había dejado cicatrices emocionales que tardarían en sanar.

Me detuve y miré hacia el horizonte, dejando que el viento marino me despeinara el cabello. Había algo tranquilizador en el sonido del océano, pero ni siquiera eso podía ahuyentar la frustración que sentía.

Después de todo lo que pasó, después de las palabras duras y la confusión, ¿por qué no había intentado contactarme? ¿Era el orgullo? ¿El miedo a enfrentar las consecuencias de sus acciones?

Tal vez esperaba más de lo que debería, pero eso no cambiaba el hecho de que lo extrañaba. Extrañaba la manera en que sonreía, la forma en que tomaba mi mano, su voz susurrándome cosas bonitas cuando nadie más escuchaba. Todo eso, ahora parecía tan lejano, como si fuera parte de un sueño del que me desperté demasiado pronto.

Me agaché para recoger una concha, dejando que el agua la limpiara antes de guardarla en mi bolsillo. Tenía amigos que me apoyaban, pero no podía evitar sentir un vacío donde solía estar Charles.

De repente, sentí un toque suave en mi hombro. Giré y vi a Kika, que me miraba con preocupación.

—¿Estás bien?—preguntó con dulzura.

Asentí, pero la tristeza todavía pesaba en mi pecho. ¿Estaba bien? No lo sabía con certeza. Todo lo que sabía era que extrañaba a Charles, y que aunque intentaba disfrutar del día con mis amigos, parte de mí seguía buscando respuestas.

—Sí, solo pensando—respondí, forzando una sonrisa.

—Tómate tu tiempo—dijo Kika—. Sabemos que es difícil. Pero estamos aquí para ti, ¿vale? No tienes que hacer esto sola.

Agradecí su apoyo, sabiendo que tenía amigos que me entendían. Sin embargo, eso no quitaba el dolor de la ausencia de Charles, ni respondía a la pregunta que no dejaba de rondar mi mente:

—¿Por qué no me llamó?—pregunté tímidamente, como si mis palabras fueran una hoja llevada por el viento.

Kika me miró con compasión. Sabía que yo intentaba ser fuerte, pero también comprendía que el corazón tiene sus propias reglas, y a veces no se ajustan a la lógica. Se acercó y me abrazó, como si su calidez pudiera curar la tristeza que sentía.

—No lo sé, Jules—dijo suavemente—. Tal vez necesita tiempo para procesar lo que pasó. O tal vez está avergonzado. Pero no es tu culpa, ¿de acuerdo? Él tiene que entender que lo que hizo estuvo mal. No está bien que te trate de esa manera.

Danielle se acercó, con una expresión de preocupación, pero su tono era más reflexivo—Es cierto que lo que hizo Charles estuvo mal—dijo—. Pero también hay que considerar que estaba muy borracho. A veces, el alcohol puede hacer que las personas digan o hagan cosas que no quieren realmente. No estoy justificando lo que hizo, pero quizá por eso necesita más tiempo para procesarlo. Tal vez ni siquiera recuerda bien lo que pasó.

Las palabras de Danielle me hicieron dudar un poco. Era mi mejor amiga y siempre había sido objetiva, pero el hecho de que pareciera defender a Charles me sorprendió.

The Longest Race • (Charles Leclerc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora