Juliette's POVNo dormí. No cerré los ojos. No hablé con nadie. No moví de la sala de espera.
No pensaba hacerlo.
No me importaba si la gente me observaba, por lo menos, podía mantenerme cerca, en caso de que necesitara ir a Charles o recibir noticias sobre su condición.
Cada momento se sentía como una eternidad, y el tic tac del reloj en la pared parecía resonar en mi mente con una insistencia desesperada.
No podía apartar mis pensamientos de él, ni de la situación angustiosa en la que se encontraba. Solo deseaba con todo mi ser que saliera de esa cirugía con vida.
—Julie— Kika me llama dulcemente— Hey, háblame.
No podía. No quería.
Pude sentir como Carlos, sentado a mi izquierda, suspiraba mientras observaba a Kika.—Démosle tiempo— Carlos le dice a Kika, quien procedió a seguir acariciandome el brazo derecho.
De pronto, Pierre apareció por el pasillo con dos cafés en la mano. Se posicionó delante mío para hablarme.
—Toma—me dijo Pierre, ofreciéndome uno de los cafés con una sonrisa comprensiva— Te traje esto. Necesitas mantener la energía alta.
Tomé el café mecánicamente, agradecida por el gesto, aunque apenas podía saborearlo. Mis pensamientos seguían girando en círculos, atrapados en un torbellino de preocupación y ansiedad.
—Gracias— respondí con voz débil, aunque apenas pude levantar la mirada para encontrarme con la suya.
—Charles saldrá de esto, Julie— Pierre me asegura posicionándose en cuclillas para estar a mi altura.
Sacudí la cabeza con tristeza y culpa, sintiendo un nudo en la garganta mientras las lágrimas volvían a amenazar con desbordarse.
—Todo esto es culpa mía—confesé en un susurro, apenas capaz de articular las palabras.
Él me miró con comprensión, su expresión suave y reconfortante mientras me rodeaba con un brazo reconfortante.
—Julie, no puedes cargar con todo el peso del mundo en tus hombros— me dijo con ternura—. Lo único que importa ahora es estar aquí para Charles y apoyarlo en lo que necesite.
Agache mi mirada, intentando no llorar. Pero no podía.
—Tengo miedo— oculte mi rostro con mis manos.
—Lo sé, Julie. Todos tenemos miedo en momentos como este— respondió Carlos con sinceridad, apretando su abrazo para brindar más consuelo— Pero debemos mantener la esperanza y confiar en que Charles saldrá adelante.
Las horas pasaron tan lentamente que perdí la noción del tiempo. Kika, Pierre y Carlos iban y venían de la cafetería del hospital a la sala de espera, pero yo permanecí inmóvil, aferrada a la esperanza y al miedo que me consumía.
Finalmente, una doctora se acercó a nosotros con una mirada seria pero esperanzadora en sus ojos.
—¿Ustedes vinieron por Charles Leclerc?— nos pregunta, haciendo que nosotros asintiéramos.
—Asi es, doctora— me levanté rápidamente de la silla— ¿Cómo está Charles?—
—La cirugía de Charles ha sido un éxito— anunció la doctora, haciendo que un suspiro colectivo de alivio escapara de nuestros labios—. Ahora está en la sala de recuperación, pero debemos esperar a que despierte para evaluar su estado.
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The Longest Race • (Charles Leclerc)
Fiksi PenggemarEn un pequeño rincón del tiempo, entre las sinuosas calles de Montecarlo, Mónaco, dos almas se entrelazaron desde la infancia, tejiendo una amistad que desafiaba las barreras temporales, incluso aquellas que separan la amistad del amor. Ella, con un...