The Longest Race • (Charles Leclerc)

Capitulo 56

Juliette's POV

El suave zumbido de mi celular me sacó de mi sueño, atrayendo mi atención hacia mi bolso donde estaba guardado. Intenté abrir mis ojos, pero el rayo de sol que entraba desde el hueco que había entre la cortina y la ventana, me lo impedía. Al estirar el brazo para alcanzarlo, me di cuenta de que algo pesaba sobre mi estómago. Al girar lentamente, me encontré con Charles, aún dormido, con su brazo reposando sobre mí como si quisiera abrazarme incluso en sus sueños.

Me quedé contemplándolo por un momento, sintiendo una oleada de emociones encontradas. Se veía tan lindo así de tranquilo y sereno pero, porun lado, estaba agradecida por su protección durante la noche, pero por otro, me invadía una sensación de incomodidad por la complicada situación en la que nos encontrábamos.

Con cuidado, retiré con suavidad su brazo de mi estómago y me deslicé fuera de la cama, procurando no despertarlo. Una vez de pie, me dirigí hacia mi bolso para revisar mi celular. Al prenderlo, noté 3 mensajes de Kika, 2 de Pierre, y una llamada perdida de Max.

—Oh no— se me escapó en un susurro.

"No quiero lidiar con esto, ahora", pensé, especialmente por la llamada perdida de Max.

Respiré hondo, sintiendo cómo la ansiedad comenzaba a apoderarse de mí. Decidí posponer la confrontación la llamada perdida de Max por un momento, al menos hasta que estuviera lista para afrontarlos.
Pero si debía hablar con Pierre primero, y averiguar qué le dijo a Max.
Sin hacer ruido, me dirigí hacia el baño, cerrando la puerta detrás de mí para tener un momento de privacidad. Finalmente, marqué el número de Pierre quien al cabo de los minutos, me atendió.

—Buenos días—lo dijo en un tono misterioso y juguetón.

—Eh, buenos días para ti también Pierre— saludé de igual manera, aunque extrañada— ¿Por qué ese tono... extraño?—

—¿Qué? ¿Acaso lo dije tan fuerte que despertaré a Charles?—

Trague en seco.

—¿Cómo sabes que me quedé con Charles?— pregunté avergonzada.

Pierre soltó una risa suave al otro lado de la línea —Porque conozco a mi amigo, y sé que no habrá dejado que te volvieras a tu hotel sola. Además, con Kika, pasamos por tu dormitorio, tocamos la puerta y no estabas. Asi que... ¿tú y Charles se divirtieron anoche?—

—¡Pierre!—

—¡Pierre!—

La voz de Kika, al otro lado del teléfono, y la mía, sonaron al unísono cuando quisimos recriminar al francés.

—¡Oh, así que tú también tuviste una noche divertida!— bromee esta vez yo, ahora que sabía que mi amiga y Pierre habían pasado la noche juntos, también— Buen día, Kika.—

Se escuchó como Kika le quitaba el teléfono de las manos a Pierre para hablar ella.

—¡Buenos días Jules!— comenta de lo más alegre, a lo que yo me reí.

—¿Entonces, cómo estuvo la noche?— preguntó Kika con interés.

—Fue... interesante —respondí con cierta ambigüedad—. Pero, ¿y ustedes? ¿Cómo les fue?

—Nosotros también la pasamos bien —contestó Kika—. Pierre logró evadir a Max con una excusa increíble sobre tu repentina desaparición. Dijo algo sobre que tenías un dolor de cabeza y preferiste regresar al hotel.

—Ah, eso fue muy astuto de su parte —comenté, impresionada por la creatividad de Pierre—. Y, bueno, ya estoy en camino hacia allá. ¿Dónde se encuentran?