The Longest Race • (Charles Leclerc)

Capitulo 71

Narrador Omnisciente

La carrera estaba a punto de comenzar y Juliette se encontraba junto a Lorenzo y Arthur, en el paddock de Ferrari. Por suerte, el día estaba muy soleado, perfecto para un Gran Premio. La atmósfera en el paddock era eléctrica, con la multitud de aficionados llenando las gradas y los monoplazas alineándose en la parrilla de salida. Juliette observaba a los mecánicos y al equipo de Ferrari moverse con precisión, haciendo los últimos ajustes en el coche de Charles.

—Hoy es un gran día para la familia Leclerc— comentó Lorenzo con entusiasmo—. Arthur y yo apostamos a que Charles va a conseguir un podio.

Juliette asintió con una sonrisa, pero no podía evitar sentir el cosquilleo de nervios en su estómago. Sabía que cualquier cosa podía pasar en una carrera de Fórmula 1, y el clima perfecto no garantizaba nada.

—Espero que sí. Charles se lo merece después de todo lo que le ocurrió— respondió Juliette, intentando mantener la calma— Además, me encantaría ver a su madre emocionarse por el resultado. Ella siempre llora en estos eventos.

Arthur se rió y asintió, señalando hacia donde estaba Pascale, su madre, con los ojos ya un poco húmedos.

—Sí, ya está preparada con los pañuelos— bromeó Arthur— ¡Ah! Olvidé de decirles. Ella ya está junto a tus padres, Jules, en las bancas.

—Me da pena que no haya querido estar aquí— me abracé a mí misma— ¿Segura que no quiere estar aquí? Yo puedo ir con mis padres.

—No te preocupes, Jules— Lorenzo me tranquiliza— Quiere acompañar a tus padres.

—Si, además, Charles nos mataría a nosotros dos si se entera que te dejamos ir a las bancas en lugar de estar aquí, junto a Charles— Arthur bromea.

Los motores rugían en el paddock, el sonido resonando a lo largo del circuito mientras los monoplazas salían uno por uno para tomar sus posiciones en la parrilla. El ambiente estaba cargado de energía y anticipación, con los equipos haciendo los últimos ajustes y revisiones antes de la gran carrera.

En el pit lane, los mecánicos trabajaban con rapidez y precisión, alineando los autos, asegurando que todo estuviera en su lugar. Cada equipo estaba enfocado, conscientes de que cualquier error podía ser costoso en una carrera de esta magnitud.

Mientras los monoplazas se dirigían a sus posiciones, se podía escuchar el zumbido de las multitudes, el murmullo creciendo a medida que se acercaba la cuenta regresiva. El cielo era claro, con apenas algunas nubes dispersas, proporcionando un telón de fondo perfecto para la competencia.

Los autos se alinearon en la parrilla, el asfalto reflejando el brillo de los colores vivos de los autos de cada equipo. Desde donde estaba Juliette, se podía ver a Charles ocupando su lugar, el casco reflejando las luces brillantes del circuito. Parecía tranquilo pero concentrado, sabiendo que cada segundo contaría.

Los semáforos comenzaron a encenderse uno por uno, indicando el inicio del procedimiento de inicio. El silencio cayó brevemente sobre la multitud mientras la anticipación alcanzaba su punto máximo. Luego, las luces se apagaron de repente, y un rugido ensordecedor llenó el aire cuando los monoplazas arrancaron con velocidad y precisión, acelerando por la recta principal.

Juliette sintió la emoción recorrerle el cuerpo mientras observaba a los autos acelerar y tomar las primeras curvas con habilidad. Era un espectáculo impresionante, y sabía que esta carrera sería clave para Charles y todo el equipo Ferrari. Con el corazón latiendo rápidamente, se mantuvo atenta a cada movimiento, esperando que la suerte estuviera del lado de su novio.