The Longest Race • (Charles Leclerc)

Capitulo 41

Francisca's POV

—¿Creen que funcionará?— les pregunté a Léa y Monique mientras mi teléfono seguía llamando a Max Verstappen.

—¡Si! Además, me gustaría que estos dos estuvieran juntos— Monique alentaba esa relación, pero Léa no mucho.

—Mon, primero, veamos si Max puede venir, y segundo, el hecho de que quizás venga a la fiesta sorpresa eso no significa que Jules caerá rendida a sus pies— Léa interviene.

—Es cierto. Pero al menos le ayudaría a olvidarse de Leclerc —respondió Monique.

—Yo no creo que lo olvide —comenté con honestidad—. Uno jamás puede olvidar un amor así. Además, no sabemos qué pasó realmente con él.

Mientras debatíamos sobre el complicado asunto del corazón de Juliette, mi teléfono dejó de sonar, y finalmente, Max contestó.

—¡Hola, Kika! ¿Qué tal?—dijo Max al otro lado de la línea.

—¿Cómo estás, Max?—contesté mientras ponía el altavoz para que Léa y Monique escucharan—. Escucha, lamento haber sido descortés, pero le pedí a Pierre que me pasara tu número.

—No te preocupes. Él me avisó que me llamarías, así que no fue una sorpresa. Lo que sí me pareció sorprendente es cómo Gasly y tú pasan tiempo juntos —dijo en un tono juguetón, provocando risas entre nosotras.

Me puse roja como un tomate, pero, ¿qué podía decir? Estábamos saliendo.

—Bueno, mi vida personal no importa ahora —solté entre risas para luego cambiar de tema—. Lo que sí importa es lo que te tenemos que decir con Léa y Monique, quienes te escuchan por altavoz.

—¡Hola Max!—saludó dulcemente Léa.

—¡Maxxo!—saludó Mon, causándole risas.

—Hola chicas. ¿Qué tanto traman?—preguntó Max, notándose la curiosidad en su tono.

—Tenemos una misión, Max, y necesitamos tu ayuda —comencé a explicar—. Queremos organizar una fiesta sorpresa para el cumpleaños de Juliette.

—¡Ah, entiendo! ¿Y cómo puedo ayudarles? —preguntó Max, mostrando interés.

—Pensamos que sería genial que vinieras y la sorprendieras. Seguro que le alegraría mucho ver a un amigo especial en su cumpleaños —añadió Monique con emoción.

—Me encantaría— Max comente— De hecho, les confieso que tenía pensado en sorprenderla, porque ya tengo su regalo.

—¡Oh, ven que hay hombres tiernos todavía!— Monique simula que se desmaya de la emoción.

Max y nosotras, inundamos la habitación con risas.

—Gracias, supongo— ríe tras la llamada— Todavía tengo que hacer lugar en mi agenda para organizarme bien con el equipo pero haré lo imposible para estar allí.

—Aw— Monique vuelve a soltar— En verdad quieres a nuestra Julie, ¿verdad?—

—Si— dijo con determinación— Admito que si. Nunca tuve una amiga como ella.

—Pero bien que te gustaría que fuese algo más, ¿o no?— Monique bromea.

—¡MONIQUE!— le reprimimos Léa y yo.

Max, sin inmutarse, respondió con sinceridad:

—Sí, admito que Julie es alguien especial en mi vida, pero como amiga. No siempre es fácil encontrar una conexión genuina en este mundo, y ella la tiene.