The Longest Race • (Charles Leclerc)

Capitulo 64

Juliette's POV

No pude dormir en toda la noche pensando en lo que podría pasar en la gran carrera de hoy. Por un lado, el saber que Charles ya está al tanto de que Max me buscaba, me tranquilizaba, pero no lo suficiente como para olvidar el hecho de que tengo que hablar con él. Explicarle que estaba con Charles, antes de que se entere por otros medio.
Quiero decir, imagínense. Tan solo en las prácticas y en la carrera de clasificación, Max y Charles volvían a repetir aquella tensión que tenían cuando practican karting. Yo sé que Max era quien estaba jugando sucio, porque lo he visto con mis propios ojos el choque le proporcionaba, y eso me enfurecía. Pero que tal cuando Max sea el enfurecido.

Observé a Charles, durmiendo plácidamente a mi lado. Kika no había venido a dormir esa noche a nuestro dormitorio, así que supuse que estaría con Pierre. El reloj ya marcaba las 5:12 de la mañana, pero la habitación seguía a oscuras. Aún así, Charles se veía perfecto.
La habitación estaba sumida en la penumbra, pero la luz suave que se filtraba por la ventana iluminaba ligeramente el rostro sereno de Charles mientras dormía a mi lado. Observé su respiración tranquila y constante, y me sentí reconfortada por su presencia.
Decidí aprovechar esos momentos de tranquilidad antes del caos que seguramente nos esperaba en el día. Me acurruqué un poco más cerca de Charles, buscando su calor y su protección, y cerré los ojos, intentando calmar mis propios nervios antes de que comenzara la batalla en el asfalto.

Pero se ve que eso hizo despertarlo.

—Hey— se refriega los ojos— ¿Qué haces despierta?—

—Lo siento— me acurruque más a él— No quería despertarte.

—Descuida— se acomoda mejor—¿Qué hora es?—

—Como las 5 de la mañana— mire el reloj— Ya, duérmete.

—No— me dice determinante— ¿Sigues preocupada verdad?—

No podía contestarle. Aunque ese silencio fuese una respuesta obvia.

—Tengo miedo de que cerrar los ojos, y soñar algo malo— dije claramente haciendo referencia a él  y Max.

Charles no dijo nada, por unos segundos. Solo se escuchaba su respiración que, en cierta forma, me calmaba.

—¿Te acuerdas aquel día, cuando mamá nos dejó en casa con Lorenzo a cargo?— me pregunta— Creo que teníamos seis años.

Intenté recordar, pero no.

—¿Qué?—

—Si— continúa haciendo que ahora si, yo levantara mi vista para verlo— Lorenzo nos dijo si podíamos quedarnos solos en casa, mientras él iba a un lugar. Ambos dijimos que sí, nos quedamos jugando en el jardín, y de pronto comenzó a diluviar. ¿No recuerdas?—

—Mmm... No, no lo recuerdo— admití, frunciendo ligeramente el ceño mientras intentaba forzar mi memoria.

—Bueno, eso es porque después del diluvio, estabas tan asustada queme tomaste de la mano, y corrimos para cubrirnos en el cobertizo del jardín —continuó Charles con una sonrisa nostálgica—. Estabas temblando y llorando, y yo... bueno, yo estaba tan preocupado por ti que ni siquiera me di cuenta de que también estaba.  Te abracé y te dije que no iba a pasar nada malo. Bueno, ahora te diré lo mismo. No va a pasar nada malo. Porque siempre voy a estar a tu lado.

Nos quedamos unos momentos en silencio, dejando que las palabras de Charles impregnaran el aire con su tranquilidad reconfortante.

—¿Por qué eres tan tierno?— mordí mi labio inferior