capítulo 2

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carlos sainz

Salí de la ducha contento, el último gran premio había ido bien, había conseguido un podio, aunque fuese en tercera posición, y eso siempre me animaba. Tal vez no es donde queremos estar como equipo, y sé que Ferrari quiere llegar aún más alto, y yo quiero ser quien los lleve allí... Junto con Charles, claro. 

Me encontraba tatareando una canción, con sólo una toalla en la cintura. El agua caliente me había relajado bastante. Había peleado con uñas y garras por esa P3, después de tener a Lewis detrás intentando atacarme, sediento por un podio también.

Miré mi teléfono, que estaba en la mesilla y con la pantalla encendida, supuse que era sólo una notificación y cuando me iba a girar para ponerme algo de ropa, lo escuché vibrando sobre la superficie, viendo que era una llamada y haciéndome caminar hacia él para cogerlo

— Dim... — Iba a contestar como normalmente, pero ni siquiera tuve tiempo antes de ser interrumpido por Caco, mi representante

— Te juro que te voy a matar Carlos, no sabes lo que acabas de hacer — exclamó a través de la línea, haciéndome fruncir el ceño

— Pero que estás dicien.. — Él me volvió a interrumpir, cada vez más alterado

— ¿Por qué coño decidiste meter a esa tía en la entrevista? ¿Sabes la que está liando? Pon el canal seis ahora mismo — Seguía sin entender a qué se refería, pero cogí rápidamente el ordenador, tecleando y poniendo la retransmisión en directo, ya que era un canal español y no disponible en la tele aquí

— Tío, de verdad que no sé de qué estás hablando... — Mi voz se fue apagando según vi a la castaña de pelo rizado en la pantalla, con una sonrisa que solo podría calificar de preciosa

— Veo que ya lo estás pillando. Mira, nos has jodido bastante. No podemos controlar lo que va a decir, así que te toca quedarte a ver toda la puta entrevista e ir pensando qué vas a responder, y más te vale no caldear más el ambiente. A la próxima que quieras mencionar a una antigua conquista en una entrevista, procura que sea una que no nos meta en problemas. — Y dejándome con la palabra en la boca, colgó, y yo solo pude quedarme viendo la pantalla de mi ordenador, ensimismado con lo que estaba pasando

La chica se estaba riendo, al parecer de una historia que ella había contado, por ahora, todo parecía inofensivo, y así siguió durante los próximos cinco minutos. Sin embargo, estaba claro que no tenía que cantar victoria, porque era obvio que el entrevistador, que pronto reconocí como el propio presentador del programa, se estaba preparando para introducir el tema.

 Mierda, claramente tenía que controlar mi boca la próxima vez, y es que esta chica sabía bien lo que hacía. El programa era muy conocido en nuestro país, de los más taquilleros a estas horas, que comenzaría a eso de las ocho y media de la tarde en España, una buena hora para quienes salen del trabajo, y, en general, una buena hora para tener a un país entero pegado a una pantalla. Genial para hacer una introducción, y enganchar al público, para que a la hora de cenar, cuando todo el mundo esté con los televisores encendidos, introducir el tema fuerte. Joder, seguía siendo la chica más inteligente que había conocido, aparte de atractiva.

Cuando me quise dar cuenta, volvían a estar las dos personas de la pantalla riendo, quienes estaban claramente en una videollamada, un formato típico de este programa que se volvía cercano por la facilidad del presentador, quién tenía una personalidad afable y la capacidad de ganarse la confianza de los invitados , y porque permitía observar a los entrevistados en su propio entorno, en su hogar.

— Bueno Sofía, siempre es un placer escuchar tus historias, eres tan cercana que es imposible no disfrutar de su compañía — Apuntó el presentador, quien ya se estaba colocando, probablemente para hablar del tema que realmente todos querían saber y por el que estaban viendo el programa.

one night stand | carlos sainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora