capítulo 50

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sofía ortiz

La reunión por Horner fue bien. Si por bien entendéis que ha sido el peor momento de mi vida, claro.

Aterrada era poco, me estaba jugando mi trabajo, todo lo que siempre había querido, y mi... Cosa sentimental con Carlos que no sé cómo llamarla.

Antes de lo que sea esto con él era incapaz de entender a la gente en las películas o libros cuando decidían quedarse con su pareja antes que cumplir sus sueños, me parecía algo irreal. ¿Cómo sacrificarías algo tan importante como tu mayor pasión por alguien que no sabes si realmente te acompañará toda tu vida?

Yo siempre tuve clara mi respuesta. Me parecía imposible que alguien realmente prefiriese un interés amoroso, pero... Si me hacían elegir a día de hoy, no tendría tan clara mi respuesta


[Horas antes...]

—Me caías bien, ¿sabes? Cuando nos conocimos... Me plantaste cara. Sin saber si yo realmente aceptaría tus condiciones y arriesgándolo todo, eso es el tipo de gente que quiero en mi equipo.—Christian estaba de pie delante de mí, mientras yo estaba sentada. Una clara forma de mostrar su superioridad ante mi, y estaba funcionando.—Pero ahora... Veo que tal vez no estabas en mi equipo después de todo.

—Si te refieres a algún tipo de información confidencial, yo nunca he sabido nada de los coches, y no...—Hablaba con la voz ahogada, incluso un poco intimidada.

—No terminé de hablar.—Me interrumpió—Resulta que después de todo la que me acabó usando para sus propios fines, fuiste tú. Y yo que pensaba que era el que tenía el poder... ¡Incluso tuviste la audacia de mentirme a la cara!

—Esto realmente nunca fue planeado, de verdad...—Intenté explicarme aunque estaba prácticamente segura de que no me creería.

—Sí, seguro—Habló de forma irónica, soltando un suspiro.—Trabajas bien, tal vez en otras circunstancias hubiese alargado tu trabajo con nosotros, incluso Max parece tenerte alguna clase de aprecio especial. Pero no puedo permitírtelo. Te irás cuando acabe la temporada.

[Actualmente...]


Eso había sido a grandes rasgos todo. Yo, sintiéndome minúscula en una silla con Christian Horner mirándome de forma inquisidora. Desde luego, algo que no recomendaría ni a mi peor enemigo.

En general, me había despedido, o más bien, no me alargará el contrato. No podía echarme debido a las cláusulas que negocié, que aunque en un principio no tenían ninguna clase de relación ni visión a futuro a lo que estaba pasando ahora mismo, entendía porqué el lo había relacionado.

Admito que, poniéndome en su lugar, yo también tendría duda sobre mis intenciones desde un inicio. Parecía que todo estaba planeado como una forma de lograr estar con el piloto de Ferrari, cuando en realidad todo lo que había querido hacer al firmar, era hundirlo.

Curioso, si lo piensas, pero era innegable que la tensión entre nosotros nunca desapareció.

Si tuviese que ejemplificarlo con algo, probablemente sería con ls leyenda del hilo rojo. Aunque no sé si lo nuestro durará para siempre como se dice en el relato, estaba claro que desde que nos conocimos esa noche en Barcelona, estábamos destinados a reencontrarnos.

Yo amaba el deporte y ni siquiera sabía que él corría. No era ni remotamente posible en mi cabeza que, en un fin de semana de carrera, hubiese acabado enredándome en una cama con quien en cuestión de tiempo acabaría participando en uno de mis mayores hobbies.

Además, también estaba ese sentimiento. El que me hacía querer acercarme a él aunque lo odiase solamente para ponerlo de los nervios. El que me obligaba a buscarle cuando entraba en una habitación en la que era posible que estuviese.

one night stand | carlos sainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora