capítulo 22

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sofía ortiz

Joder, quería arrancarme la cabeza ahora mismo. Qué dolor, hacía tiempo que no bebía tanto como ayer... Sabía que salir con Lucía nunca era una buena idea, siempre acabábamos devastadas. Aún encima, ni siquiera recordaba toda la noche, sólo pequeños flashes.

[La noche anterior...]

Estaba dispuesta a ir hacia la barra con mi amiga, pero en el camino alguien me tocó el brazo. Cuando me giré y distinguí quien era, estaba dispuesta a seguir hacia donde estaba yendo, pero antes de hacerlo, me agarró, y me vi en la obligación de decirle a mi compañera que fuese yendo ella y me trajese lo de siempre.

Supérame Verstappen, no quiero hablar contigo Hablé yo primero, sin dejarle opción

Qué pena, porque yo sí Me respondió rápidamente, antes de que pudiese volver a intentar huir Quiero pedirte perdón... No debí haber reaccionado así. Me encuentro a muchas chicas de ese tipo y a veces es inevitable desconfiar, y teniendo en cuenta que lo único que había oído de ti era lo de Sainz...

Ya, tal vez deberías no juzgar. Eso estaría mejor que pedir perdón. Ademas, ni siquiera eres mi tipo, te tienes en demasiada estima Ataqué

Ah, ¿sí? ¿Y cuál es tu tipo? Me preguntó con una ceja alzada

No mucho, me conformo con que no seas túSonreí con ironía deseando desafiarle

[ Más tarde...]

Ahora Lucía y yo nos encontrábamos en la barra, poniendo nuestras mejores caras de pena al camarero con el que llevábamos ya varios minutos hablando. Me estaba quedando sin ideas.

Por favor... Es sólo una botella, para divertirnos... Mi amiga habló de nuevo, la cual ya estaba bastante contenta por lo que había ingerido, al igual que yo

Venga, ¿qué podemos hacer para convencerte? Le hice un puchero, rezando para que funcionase

No puedo chicas... Puedo serviros lo que queráis, eso sí, además, invita la casa Dijo con gracia, puesto que era barra libre. Ante la cuarta negativa (sí, llevábamos un buen rato), decidí sacar lo último que tenía, esperando que funcionase.

Porfa... Prometo que no es para nada malo Me recosté un poco sobre la barra, haciendo resaltar más mi pecho Haremos lo que quieras... Me mordí el labio, cambiando mi tono de voz a uno más seductor.

Tras un par de minutos más en los que me pidió mi número y le tuve que dar uno falso, nos acabó dando unas botellas, asegurándonos que si queríamos más sólo teníamos que pedirlo.

¡Chupitos para todos! Gritamos las dos con emoción, consiguiendo que la gente se girase a vernos, y antes de que nos diésemos cuenta ya teníamos a bastante gente a nuestro alrededor

Era sorprendente lo fácil que la gente te presta atención en cuanto tienes un poco de alcohol en las manos. En cualquier caso, pronto empezamos a servir chupitos en la boca, tanto a pilotos como ingenieros.

Venga preciosa, ¿me vas a negar otro chupito? No puedo resistirme cuando eres una camarera tan guapa Pierre habló, haciéndome reír

No soy camarera, y te has tomado tres, no puedo darte sólo mi atención a ti, guapo Le guiñé el ojo, lo cual le arrancó una sonrisa al francés.

one night stand | carlos sainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora