capítulo 36

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sofía ortiz

La verdad que ahora es cierto que sí había bebido bastante, el juego había sido muy divertido, especialmente con Max a mi lado, que soltaba cosas bastante elocuentes en voz alta, y otras tantas las murmuraba en bajito solamente para hacerme reír.

Nuestra relación había mejorado infinitamente, incluso si de vez en cuando me parecía un poco imbécil (y se lo decía, como cuando en la última carrera casi echa a Oscar de la pista de una forma bastante peligrosa), pero siempre acudíamos el uno al otro.

Cuando yo llegaba al paddock, siempre un poco más tarde que ellos, era el primero que se acercaba a saludarme con una gran sonrisa, seguido de cerca por Checo y Manuel. Cuando volvía de un podio siempre me perseguía por todo el garaje, hasta que inevitablemente me acababa pillando y me abrazaba, sabiendo que odiaba el olor a champán y cómo éste se me pegaba al pelo.

Era un chico increíble, más allá del villano que le hacen parecer los medios y algunas imágenes o reacciones sacadas de contexto. Él era mucho más que eso.

— Yo nunca he tenido que salir corriendo porque me perseguía la policía — Yuki siguió el juego, mirando a su alrededor, siendo yo la única que bebió de su vaso. Ahora mismo éramos menos en el círculo, después de que los chicos McLaren fueron a ver cómo estaba Charles, quien parecía haber despertado de su mini sueño después del coche, pero aún borracho, y Checo ni siquiera había aparecido, al parecer demasiado cansado como para unirse al after improvisado.

— Dudo que corrieses, te pillarían la primera — Verstappen habló, ganándose una mala mirada mía que solamente le hizo reír — Venga, es imposible que no lo hicieran, no aguantas más de cinco minutos corriendo.

Sin darnos cuenta, la conversación era solamente entre nosotros dos, riéndonos sabiendo perfectamente por qué lo decía. Ni siquiera nos fijamos en que había alguien en frente de nosotros viéndonos muy fijamente.

— Que sepas, que no me pillaron — Le volví a mirar mal — Es cierto que fue Manuel el que tiró de mí, él seguro que lo recuerda mejor que yo, cuando vuelva del baño puedes preguntarle — Admití, riéndome otra vez, sintiéndome achispada por la bebida. — Pero no nos pillaron, y aprendimos que los botellones son ilegales

El piloto de Red Bull y yo nos reímos otra vez, esta vez tanto que yo me acabé apoyando en su hombro y él en mi propia cabeza, como si acabásemos de escuchar el mejor chiste de nuestra vida. Tras unos minutos, nos calmamos, listos para reanudar el juego. Pierre estaba a punto de abrir la boca, puesto que era su turno, pero fue interrumpido por alguien.

— Yo nunca me he acostado con dos personas aquí presentes — El español habló, mirándome directamente. Todo el mundo se calló de repente, incluso los pequeños murmullos siempre presentes de parte de Ricciardo. La tensión era obvia, y casi pude sentir como todo lo que había bebido desaparecía, sintiéndome especialmente despierta — ¿Qué? ¿No vas a beber, Sofía? — Insistió, con una ceja alzada, pero yo no me moví.

¿Quería jugar a ese juego? Bien, los dos podíamos hacerlo. Sabía que para nuestros compañeros era incómodo, pero, en mi defensa, yo no había comenzado. Además, ¿tanto quería una respuesta? La iba a tener. Me mordí el labio, tratando de esconder la sonrisa socarrona que aparecía en mi cara, fallando en el intento.

— En realidad... — Miré hacia la puerta del baño durante unos segundos, antes de devolverle mi atención al español — Han sido tres.

Su sonrisa decayó, sorprendido, al igual que el resto. Les estaba confirmando a todos algo que no sabían, aunque el piloto de Ferrari sí que lo sospechaba, después de esa mañana que apareció en el hotel después de lo de Max, quien seguía bastante tranquilo.

one night stand | carlos sainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora