capítulo 4

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sofía ortiz

Había quedado con María en una cafetería cercana a mi apartamento, después de la llamada que había recibido el día anterior definitivamente necesitaba una buena charla entre amigas. Puede que mi esperanza ingenua de creer que nadie me iba a reconocer, sacar fotos, o, en general, verme, no era tan buena idea como me había parecido.

— ¿Pero cómo vas a ir? Haberle dicho que no, que tenías trabajo, yo que sé — Mi amiga habló, claramente desesperada ante mi irracionalidad

— ¿Cómo no voy a ir? Eso sería mucho más sospechoso. Además, conociéndome, ¿realmente crees que no dejaría cualquier trabajo por unas entradas así? — Le cuestioné de vuelta, levantando una ceja

— ... — Ella se quedó callada algunos segundos, pensando — Bueno, si lo pones así, es cierto que nunca dirías algo así...

— Ya, gracias, ¿y ahora qué hago? — Estaba exasperada, y solo había que ver cómo recosté la frente en el borde de la mesa, en un puro signo de desesperación

— ¿Y si te tiñes? Y no me salgas con que a Leclerc le gustan morenas

— Bueno... A Verstappen también — Suspiré — Mi padre me mataría si aparezco rubia o pelirroja, y ni hablar de algún color fantasía. Creo que estaría todo el fin de semana juzgándome con la mirada. ¿Recuerdas cuando en la universidad me teñí con tinte de supermercado rojo? No necesito una bronca así otra vez

— Eras más joven, y aún vivías de su dinero...  Igual ahora se lo tomaría mejor — Se notaba que estaba intentando ayudarme, pero empezaba a creer que no había solución — ¿Y si te cortas el pelo? No sé, algo por los hombros, tal vez raparte.

Levanté la cabeza de la mesa, mirándola seriamente — ¿Recuerdas cuando en el instituto me corté el pelo así y te estuviste riendo hasta que me creció lo suficiente como para parecer una persona normal? Y ni hablar de raparme, ni siquiera lo pienses, con eso si no me mata mi padre, lo hago yo antes

La chica frente a mí solamente negó con la cabeza, recostándose en el respaldo de su silla — ¿Crees que es mejor huir de cualquier mono rojo, persona con cámara o incluso de todos los pilotos? Porque, no quiero ser yo quien lo diga pero teniendo en cuenta todo el drama que hay en ese deporte, no creo que el resto no hayan buscado quien eras.

— Ya lo sé — Lloriqueé, lo admito, estaba agobiada — No puedo evitarlo, de hecho creo que si Carlos me mira, mis piernas se volverían automáticamente mantequilla, ¿lo has visto? Dios, ¿por qué no me pude acostar con alguien más feo? Siempre elijo a los peores, ¿por qué esa noche decidí irme con el guapo? — dije con un puchero. Tenía un historial de decisiones muy cuestionables respecto a hombres, y de las pocas veces que decido irme con alguien realmente atractivo y totalmente fuera de mi liga, pasa esto.

— No deberías haberte acostado con un piloto en primer lugar

— ¡Ya lo sé! Pero es que en aquel momento no lo sabía — Me quejé de nuevo — Él estaba en Fórmula 2 en esos años, y de aquellas no la veía. Ni siquiera me sonaba su nombre porque su padre hacía rally y nunca he visto más de un par de carreras... Dios cómo puedo ser tan desgraciada— Volví a suspirar, estaba en un callejón sin salida

— Bueno, supongo que por lo menos era guapo. Y la noche fue bien, por mucho que lo hayas negado en televisión nacional...

— Ya, ese es otro tema. ¿Qué crees que hará si me ve allí después de lo que he dicho? Porque si él tiene esa noche tan vívida como yo, sabe que eso definitivamente no es cierto.

María y yo nos conocíamos desde hace años, casi hasta me costaba recordar un momento en el que no estuviésemos juntas. Empezamos en el instituto, en secundaria, y desde el primer momento tuvimos una conexión. En aquel entonces es cierto que teníamos un grupo, pero nosotras dos fuimos las únicas supervivientes. Hicimos bachillerato juntas, la prueba de acceso a la universidad, e incluso cuando decidí irme a estudiar fuera mi carrera de periodismo, cuidamos suficiente nuestra amistad como para vernos al menos una vez al mes y mantenernos al día por mensaje.

Nunca tuve que censurarme al hablar con ella, y claramente era la que sabía todo lo que había pasado esa noche, por lo que decirle que no me había gustado cierta experiencia con el piloto, no tenía sentido. Además, estaba segura de que aunque lo intentara, me pillaría en la mentira muy fácilmente.

— Bueno, ya que tu plan, con el que, repetiré de nuevo, no estoy de acuerdo ni lo estuve desde un principio, es provocarle para que te odie más, podrías llevarlo al extremo... — Mi amiga empezó a hablar, y yo la miré esperanzada

— Por favor María dime que tienes un plan maravilloso que me hará querer besarte

— Provócalo más. Empuja la situación al límite. Insinúa que vas a ir desde un principio, alimenta las masas. De esa forma, a nadie le pillará de imprevisto verte allí, lo malo es que a él seguro que no le gusta nada, pero visto que eso no te importa...

Parpadeé un par de veces, mirándola fijamente, casi sin creerme que acababa de darme una solución tan sencilla a un problema que me parecía imposible de solucionar hace tan sólo un minuto

— María, te amo tanto, ¿te lo he dicho alguna vez? Eres un puto genio — Cogí el teléfono rápidamente, decidida a hacerlo

— Espero que como mínimo me invites al café después de esto

Asentí, absorta en lo que estaba haciendo. Mi amiga ya estaba acostumbrada a esto, al fin y al cabo, era influencer, estar mirando el móvil era parte de mi trabajo, y ella no se ofendía, había la suficiente confianza como para saber que no la estaba ignorando.

— Pero

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— Pero... ¿Cómo vas a hacer para que tu padre no se entere de que te has acostado con un piloto?




N/A: capítulo más cortito, pero quería introducir más esta amistad, y el plan de sofía, veremos si hacer que carlos la odie más funcionará... 

la verdad que nunca he tenido que editar una foto para que parezca una historia de instagram, así que no ha sido mi mejor creación, pero creía que dar un apoyo audiovisual os metería mucho más en la historia jeje (igualmente acepto consejos, la edición de fotos nunca ha sido mi fuerte) 

espero que os esté gustando mucho, ya sabéis que acepto cualquier idea y comentario! <3

one night stand | carlos sainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora