capítulo 11

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carlos sainz

Mi plan era bastante sencillo, llevar a Sofía al garaje, presentarle a Charles, y mientras su padre estuviese entretenido con él, conseguir que la castaña y yo tuviésemos una conversación decente. Sin embargo, no había contado con que su padre no sabía hablar más que un par de palabras en inglés, y el monegasco no tenía el mejor español del mundo, así que mi plan había fallado estrepitosamente.

Además, cuando me quise dar cuenta, su padre, que por lo que me dijo se llamaba Francisco (aunque él mismo insistió en que le llamase Francis), se había ido, dejando a la chica sola con el piloto en el que parecía tener un enamoramiento. Genial, ahora mi plan no sólo había fallado sino que había conseguido todo lo contrario a lo que quería, puesto que no me podía escapar, ya que mi ingeniero parecía decidido a hacerme un gran discurso sobre no sé que cosa de los frenos.

No estaba prestando atención a lo que Ricky estaba diciendo, aunque supuse que era importante por la forma en la que me había llamado. Probablemente le pediría que me lo repitiese después, porque ahora mismo mi mirada estaba clavada en la parejita, que se veía un poco demasiado feliz para mi gusto. Quise hasta soltar un gruñido cuando vi cómo ella se veía tan cómoda, incluso se estaba carcajeando con mi compañero. ¿Qué era tan gracioso? 

— Sí, yo creo que a tu coche le vamos a quitar el motor y hacer que corras por la pista en vez de conducir — De repente volví a escuchar la voz de mi ingeniero, quién claramente estaba burlándose de que no le estaba haciendo caso

— Qué gracioso Ricky, que pena que se te dé tan bien la ingeniería, creo que podrías ser un gran comediante si te lo propusieras — Rodé los ojos, y cuando mi mirada volvió a la pareja, vi que había aparecido mi hermana — Sabes, esa idea me parece muy interesante, cuéntame, ¿cómo va eso de correr?

Le dije empujándole suavemente hacia más al fondo del garaje. Quería mucho a mi hermana, pero no estaba preparado para hablar sobre cómo me había acostado con una amiga suya hace años y no se lo había dicho. De hecho, no quería hablar de mi vida sexual con mi hermana en absoluto.

— Carlos, ¿sabes qué? Ya hablaremos antes de que te montes en el monoplaza sobre esto, por ahora parece que lo que necesitas es un poco de distancia con esa chica, así que aprovéchalo, que en nada empiezan los primeros libres, y te necesito al cien.

Y así fue, me volvió a buscar cuando estaba ya al lado del coche, con el mono puesto, mientras me comentaba en lo que debería de fijarme del coche tras las modificaciones que habían hecho desde la última carrera, puesto que ahora era el momento para optimizar el rendimiento y estar seguros de que me sentía cómodo con el coche y los nuevos arreglos. Por ahora, no había visto a mi hermana, y casi agradecía que fuese así. Prefería no tener una conversación sobre mi vida sexual justo antes de subirme al coche. Aunque dudo que hubiese afectado a mi rendimiento, que por cierto, fue terrible. 

Ojalá decir que fue una buena práctica, pero no fue así. Aunque lo intenté, era incapaz de fijarme en el coche, y cada vez que lo intentaba, sólo me podía preguntar si Sofía me estaría viendo. Si pensaría que lo estaba haciendo bien. Joder, siempre he sido seguro de mí mismo, ¿desde cuando necesito la aprobación de una mujer? Sólo he necesitado la aprobación de mi padre en mi vida, y hace tiempo que la tenía.

Aunque después de esa sesión, no me sorprendería si no la tuviese. Estuve a punto de chocar con Charles si no fuese porque el ojiverde salió hacia la grava para evitarme, y Russell y yo tuvimos un pequeño contacto cuando no me di cuenta de mirar por el retrovisor. No estaba siendo yo mismo. Joder, no soy un mal piloto, estoy en una de las mejores escuderías y nuestro coche es de los más competitivos, ¿por qué no era capaz de completar unas vueltas sin cagarla?

one night stand | carlos sainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora