carlos sainz
De verdad que intenté contenerme en cuanto la vi. Lo juro. El tiempo en el hospitality me había calmado y de cierta forma hasta había conseguido que me olvidase de que estaba ella allí. Pero cuando salí y la vi al lado de Alonso, junto con un señor que no sabía quien era, ya no pude ignorarla. Estaba furioso. Me molestaba que estuviese allí, parecía que sólo podía joderme.
Por eso, aproveché en cuanto vi que se alejaba de ellos, y la llevé hasta una zona que sabía no había nadie, porque aún quedaba sobre 1 hora y media para que empezasen las prácticas, lo que me daba otra media hora o algo más para estar fuera. Ni siquiera estaba pensando con claridad, lo notaba. Pero no pude evitarlo.
— ¿Qué coño haces aquí? — Le hablé totalmente enfadado
Porque sí, lo estaba. Me jodía que ella estuviese allí, porque no podía pensar en otra cosa. No podía no ver su cara cada vez que cerraba los ojos. Había estado dos semanas pendiente de todas sus redes (con una cuenta falsa, por supuesto), se había mudado a Madrid, lo que la tenía aún más cerca de mí, conocía la mayor parte de sitios que subía, porque yo también iba. Y eso sólo me jodía más. No podía pensar ni en ir a mi propia casa sin creer que ella saldría de cualquier esquina.
Y a cada palabra que decía, sólo sentía hervir mi sangre más. Me estaba desafiando. Lo sé. Ella siempre había sido así, siempre me había llevado al límite. Desde el primer momento me dijo que no iba a ser igual a las demás, que no me lo iba a poner fácil como el resto. Eso en parte me había gustado de ella, pero no ahora. Ahora sólo me jodía.
Estando a prácticamente dos centímetros de su cara, sólo podía pensar en lo enfadado que estaba. Pero entonces, fuimos interrumpidos. Y por segunda vez, fue ella la que me alejó, saliendo rápidamente de donde nos había escondido.
No pude evitar fruncir el ceño cuando, en efecto, vi el número dieciséis en su espalda. ¿Era una tontería pensar que tal vez ella me apoyaría? ¿Tanto le gustaba Charles? Osea, era buen piloto, por supuesto. Pero de cierta forma retorcida, pensaba que tal vez ella aún pensaría en mí. Aunque fuera sólo en un ámbito deportivo.
Nuevamente, volvía a estar enfadado. Aunque tal vez la palabra real fuese celos, pero jamás lo admitiría. Nunca diría que el número que realmente quería ver en ella era el mío. El rojo era su color, sí, pero el dieciséis no le quedaba bien. Pero podía imaginarla perfectamente con el cincuenta y cinco, así definitivamente sería la chica más guapa que había visto.
Decidí salir por fin, con un suspiro. Ni siquiera lo pensé mucho, hasta que oí como el señor con el que la había visto antes me hablaba directamente, y ella se dirigía a ella como papá. Así que... ¿Su padre? Interesante... Seguro que podría hacer algo interesante. Esto sería divertido.
— Por supuesto. Tiene usted una hija encantadora, sabe hacer un montón de cosas. Soy un gran fan suyo...— Le respondí con una gran sonrisa en la cara, cogiendo el rotulador que me ofrecía para firmarle la gorra
— ¿En serio? Yo la verdad nunca he entendido mucho su trabajo, pero por lo que he oído es muy buena — Vi como la castaña rodaba los ojos, mientras tanto, yo me ponía al lado de su padre para posar para la foto.
— Oh sí, es muy buena. Estoy seguro de que si se lo propusiese hasta podría quitarme mi trabajo. Montar un Ferrari se le da genial — Sonreí, como si mis palabras fuesen inocentes, pero pude oír a la chica detrás de mí empezar a toser de la sorpresa, puede que hacer insinuaciones sexuales delante de su padre haya sido la mejor idea que he tenido
— ¿Tú crees? Nunca ha mostrado mucho interés en saber sobre coches, más allá de este deporte, y ni hablar de lo que le costó sacar el carnet de conducir — Su padre habló nuevamente, completamente inocuo a lo que estaba insinuando.
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one night stand | carlos sainz
FanfictionDonde Carlos odia a Sofía por lo que hizo años atrás, o donde ella no sabe por qué el ha respondido algo así en una entrevista tras tanto tiempo, pero desde luego, sí sabe que ahora, ese odio es recíproco.