carlos sainz
Las bebidas que había ingerido habían sacado a la luz esas emociones que llevaba reprimiendo desde hace demasiado. Concretamente, desde el Gran Premio de Barcelona, donde una castaña con cuerpo de infarto rompió todos mis esquemas.
No podía sacarla de mi cabeza, se había metido en mi piel, en mi rutina, y en todo lo que hacía. Si bajaba a desayunar en el hotel, recordaba cuando había subido una historia en la que contaba como siempre tenía que tener cuidado con lo que comía porque era intolerante a la lactosa.
Si entrenaba con Rupert, recordaba lo mucho que a ella le gustaba practicar deporte de vez en cuando como hobby cuando tenía tiempo. Si me subía al simulador recordaba el vídeo en YouTube en el que dijo lo mucho que le había costado sacar el carnet. Si tenía algo de tiempo libre, revisaba todos sus perfiles, en busca de algo nuevo que aprender sobre ella.
Su presencia me perseguía, tenía la necesidad de verla, de tocarla, de estar con ella. Quería que sus sonrisas se dirigieran a mí, quería tenerla conmigo, a mi lado. No con un estúpido francés que no la merecía.
Intenté evitarlo, realmente quise controlarme, pero en cuanto les vi tan pegados... Si las miradas matasen, Gasly ahora mismo estaría bajo tierra. O lo mataría yo mismo con mis propias manos. Lo que ocurriese antes.
Pareció entender mis señales de clara molestia, ya que no tardó mucho en alejarse de ella. Una mujer así, bailando sola en un sitio como este... No lo pensé mucho antes de acercarme a ella, ni siquiera tuve tiempo para pensarlo demasiado cuando me acerqué a ella.
Podría decir que lo había hecho para protegerla de todos los hombres que se habían fijado en su presencia hipnotizante, pero era un deseo puramente egoísta. La anhelaba para mí, y cuando vi la oportunidad, la tomé, sin pensar demasiado en lo malo que era.
— ¿Es que ahora te van los franceses? Pensé que tenías mejor gusto — No lo pensé demasiado antes de acercarme a ella a bailar, cuando era literalmente la razón de mi pérdida de autocontrol
— Lo tengo, por eso he dejado a los españoles capullos — Respondió elocuente. Me encantaba este tira y afloja. Ella nunca me lo dejaba fácil, y era la única que lo había hecho así conmigo.
— ¿Ah, sí? No decías lo mismo esa noche... Diría, de hecho, que te gustaba bastante — No estaba controlando lo que decía, dejando mis verdaderos pensamientos fluir
— ¿Seguro? ¿O era todo fingido? — Me estaba retando. Y yo estaba cayendo en sus redes. Lo sabía. No me importaba
— No vayas por ahí... — Le advertí, aumentando la fuerza de mi agarre en su cadera mientras me acercaba a susurrarle al oído — Porque sé que no fingiste. No podrías fingir como te apretabas contra mí, cómo te retorcías, cómo gritabas mi nombre sin importarte quien pudiese escucharnos... — Noté como tragaba duro, y eso me hizo soltar una pequeña risa socarrona — Puede que la gente se lo haya creído, pero tú y yo sabemos lo que pasó esa noche.
Giró sobre sí misma, poniéndonos ahora cara a cara. Se veía preciosa. Ya no sólo su cuerpo, el cual me traía pensamientos indecentes a la mente, sino toda ella. Su cara, maquillada sin llegar a ser recargada, solamente acentuando sus facciones y haciendo sus ojos brillar gracias a la purpurina.
Era su presencia, que me hacía enloquecer y me atraía hacia ella sin poder evitarlo. Era la forma en la que su mirada se iluminaba al verme. Por un momento, sentí que estábamos solos, ella y yo. Redescubriéndonos sin palabras.
No duró mucho.
Oímos gritos, haciendo que los dos nos girásemos. No entendía mucho la situación, más allá de que un Charles demasiado borracho, estaba peleándose en un tono demasiado alta con uno de seguridad, mientras otros pilotos intervenían, intentando calmar las aguas.
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one night stand | carlos sainz
FanfictionDonde Carlos odia a Sofía por lo que hizo años atrás, o donde ella no sabe por qué el ha respondido algo así en una entrevista tras tanto tiempo, pero desde luego, sí sabe que ahora, ese odio es recíproco.