treinta y ocho

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Gemma manejaba tranquila por la carretera, sabía que tenía que decirle a Louis y Harry lo que había pasado. Noah era aún menor de edad y, por lo tanto, sus padres debían estar al tanto.


Cuando llegó estacionó el auto y volteó a ver al asiento trasero a Noah, quien se encontraba dormido. No sabía en la que se estaba metiendo.


Ella había visto varias veces a Harry desesperado por no saber qué hacer. Ella lo ayudó al principio con algunos gastos, Harry al ser menor de edad no era contratado en cualquier lugar, y en el único lugar que consiguió trabajo, le pagaban la mitad del sueldo que al demás personal.


Incluso había ocasiones en las que tenía que hacer horas extras, sin paga, pero no se podía dar el lujo de rechazarlas y ser despedido.


Ahora Noah se encontraba igual que Harry hace 16 años, parecía contento por la noticia, como si se tratara de adoptar un perro. Pero no sabía que un bebé lleva más responsabilidad que un perro. Y aun así dormía tan tranquilo

Lo movió un poco de su lugar para despertarlo.


—Noah, ya llegamos.— dijo Gemma.


Este se despertó y abrió poco a poco sus ojos hasta acostumbrarse. Puso a Camila en la silla de bebés y tomó sus cosas.


—Gracias por todo tía Gemms.— dijo Noah bajando del auto. Caminó al la casa y abrió.


Al estar adentro escuchó que tiraban cosas en el piso de arriba. Corrió hacia arriba con miedo de encontrar a sus padres peleando de nuevo. Pero se detuvo al ver a un pequeño niño sentado en el pasillo, pintando una de sus camisetas más caras.


Corrió a él y le quitó la camisa y los plumones, cosa que hizo llorar al niño.


—No llores, no llores. Ten píntala lo que quieras.— dijo Noah regresandole lo que le quitó.


Camino a la habitación de Harry y Louis y encontró solo a Harry levantando todo lo que Louis le había tirado.


—¿Qué pasó? ¿Y papá?.— dijo Noah.


—En el baño con tu tío Ernest.— dijo Harry.


—¿Está aquí?.— dijo Noah corriendo al baño. Ernest lo cuidaba mucho cuando era pequeño.


Al entrar al baño, Louis y Ernest estaban abrazados. Parecía que no se querían soltar nunca.


Ernest notó la presencia de Noah y soltó a Louis para correr a abrazar a Noah.


La última vez que lo había visto, Noah estaba más pequeño, tenía al menos unos 10 años.


—¡Tío Ernest!.— dijo Noah, antes de correr a abrazar a Ernest.— ¿Cuándo llegaste?.— preguntó.


—Acabo de llegar en la tarde a Doncaster.— dijo separándose de él.


—¿Y tía Maya?.— dijo emocionado por poder verla.


—¿Le parece si hablamos afuera?.— dijo Ernest soltando un suspiro.


Salieron del baño y al entrar a la habitación, todo ya estaba en su lugar. Y Harry ya no estaba ahí.


—¿Qué te parece si bajamos a la cocina y platicamos?.— dijo Louis.


Ernest asintió y salieron del cuarto, encontrándose a Harry sentado en el piso con Josh pintando la camisa que anteriormente Josh había iniciado a pintar.


Josh reía al ver a Harry hacerse el muerto cuando esté lo había pintado en la cara.


A Louis le parecía tierno eso, Harry amaba a los bebés.


—Harry, vamos abajo, ¿Vienes?.— preguntó Louis.


Harry se levantó al ver que todos lo veían y se sacudió la ropa.


—Yo... me quedo a cuidar a Josh, vayan ustedes.— dijo Harry.


Todos se dirigieron a la cocina y Louis puso a trabajar la cafetera.


—¿Y Maya y el bebé? ¿No vinieron contigo?.— preguntó Louis.


—Ella... y el bebé... ellos no sobrevivieron al parto.— dijo Ernest más tranquilo que la vez anterior.


—¿Es una broma cierto?.— dijo Louis, pero al ver qué Ernest no decía nada, lo abrazo.— Cuánto lo siento.


Ernest abrazó a Louis de vuelta por unos segundos.


—Muchas gracias, pero no he venido aquí para ponerme más triste. Mejor cuéntame cómo van las cosas para acá.— dijo Ernest tratando de lucir más feliz.


—Bien, la verdad es que últimamente me ha ido muy bien y ahora tengo mucho trabajo.— dijo Louis siguiendo la plática.


Se sentía una enorme tención entre todos.


—A mí no me preguntaron, pero igual me está yendo bien.— dijo Noah haciendo reír a Ernest.


—Tú eres un bebé apenas, obviamente te va bien.— dijo Ernest atrayendo a Noah hacia él y revolviendo su cabello.— Has crecido un poco, pero sigues siendo un niño.


—Creo que de bebé me daba menos problemas que ahora.— dijo Louis sirviendo café en cuatro tazas. Cada quien tomó una.


—Tú y Harry deberían tener más hijos, como dices, un bebé te da menos problemas.— comento Ernest haciendo que Louis se ahogara con el café.— Tranquilo, era broma.— dijo Ernest riendo viendo la cara de su hermano completamente roja.


Louis sabía que la posibilidad de tener más hijos con Harry era ahora imposible.


—¿Sabes?, De verdad los admiro a tú y a Harry, todos decían que no durarían ni dos años juntos, y ya llevan más de diecisiete. No entiendo cómo hay personas que se aburren de su pareja, si yo pudiera dar mi vida por qué Maya estuviera hoy aquí, lo haría.— dijo Ernest.


Louis sabía que ahora decirle a Ernest que él y Harry ya no vivían juntos, por qué era un puto infiel sería muy difícil...


TRAMPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora