cuarenta y seis

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Louis condujo hasta donde se encontraba Conan, en el camino vio por el retrovisor que Bear dormía, mientras Noah lo abrazaba y acariciaba su espalda.

Su hijo estaba creciendo, tenía miedo de que cualquier día de estos llegará a casa y de le dijera que se iba de la casa o que la universidad llegará pronto, era su único hijo, la única persona que sin importar cuántas veces pelearán, seguirían amándose, por qué así es al amor de un padre a su hijo.

Pero por más que él quisiera regresar el tiempo y volver al día que Noah dijo su primera palabra, o cuando dio sus primeros pasos, o cuando aprendió a ir al baño solo, o cuando se le cayó su primer diente, o el primer día de escuela, o a aquella vez en la que llegó feliz a casa por qué una niña le había dado un beso en la mejilla; sabía que no podía, aunque fuera lo que más deseaba, sabía que Noah estaba creciendo y muy rápido.

Hace una semana se enteró de que era novio de Bear, y ellos parecían nunca separarse. Le daba nostalgia recordar cuando él era más joven y no se quería separar nunca de Harry. Pasaba todos sus descansos con él, aun sabiendo que Harry faltaba a la escuela solo por eso. Le parecía lindo que su hijo haya encontrado el amor.

Llegó hasta donde le marcaba el GPS y vio a unos cuantos metros un chico de no más de 18 años parado fuera de un auto, era rubio, ojos azules, alto y tenía el cabello ligeramente rizado.

Volteó al asiento de atrás y movió un poco a Noah con su mano.

—Noah, hemos llegado.— dijo Louis sacando a Noah de sus pensamientos.

—Ahhh... Claro, ahora vuelvo.— dijo Noah moviendo un poco a Bear para poder bajar de auto.

Una vez que estuvo abajo caminó hasta el auto de Conan y tosió un poco para llamar la atención del rubio.

—¡Noah!, Pensé que era broma eso de que vendrías por mí.— dijo Conan tomando su mochila del piso.

— Eso hacen los amigos, vamos, nos espera mi padre en el auto.— dijo Noah caminado de vuelta a dónde estaba Louis, seguido por Conan.

Subieron a la parte trasera del auto, quedando Noah en medio de Bear y Conan. Para ese momento Bear ya había despertado.

—Hola, soy Louis, padre de Noah.— dijo Louis mirando a Conan por el retrovisor y arrancando el auto.

—Mucho gusto, señor Tomlinson, yo soy Conan Mendes.— se presentó Conan.

—A nadie le importa quién eres.— dijo Bear en un tono bajo, para que no le escuchara Louis.

—Amor.— dijo Noah con un tono de advertencia, no quería una pelea de nuevo entre Conan y Bear.

—Ahhg.— se quejó volteando a ver la ventana.

—¿En dónde queda tu casa Conan?.— preguntó Louis.

—Esta es la dirección.— dijo Conan pasándole su teléfono a Louis para que viera la dirección de su casa.

—Ohhh, tu eres hijo de Shawn.— dijo Louis recordando que hace unas semanas se había reunido ahí con Shawn para revisar algunos pendientes.— Ya decía yo que te encontraba parecido.

—Si, mi padre me ha dicho que está trabajando en conjunto con usted, espero que todo vaya bien en su proyecto señor.— dijo Conan.

—Muchas gracias Conan, pero no me digas señor, ya estoy viejo, pero no tanto, dime Louis, me harías sentir más cómodo.

—De acuerdo Louis.— dijo Conan.

—Di iciirdi liiis.— dijo Bear de nuevo, pero ahora un poco más alto haciendo que Louis se diera cuenta. Definitivamente, esos dos eran un caso.

Bear vio a lo lejos un Mc Donald's, en ese momento sintió una necesidad enorme de comer una hamburguesa.

—Noah, ¿Podemos pasar por una hamburguesa?.— dijo Bear recargando su cabeza en el hombro de Noah haciéndole "ojitos".

Noah sabia que no podía decirle que no a los antojos de su novio, si es que amaba su vida. Asintió ganándose un beso en la mejilla.

—Papá, ¿Podemos pasar a comprar una hamburguesa? Muero de hambre.— dijo Noah, no admitiría frente a su padre que era un completo chico gobernado por su novio.

—Claro, pero tendremos que pedirla para llevar, así no perdemos tanto tiempo.— dijo Louis doblando la calle en dirección a Mc Donald's.

Al llegar al Drive Thru, todos ordenaron algo. Louis solo una hamburguesa al igual que Conan y Noah. Bear pidió una hamburguesa doble, un helado, papás fritas y un refresco mediano.

A Louis no le pareció extraño, recuerda que cuando Liam era más joven y salían a comer en parejas, él era el que siempre pedía más.

Recibieron su pedido y Louis siguió manejando a la casa de Conan. Todos comenzaron a comer en el auto, Bear parecía devorarlo todo.

—Amor, intenta comer más lento, te ahogarás.— dijo Noah.

—No moleftefs.—dijo Bear con la boca llena de hamburguesa. A Noah le parecía muy tierno y le dio un beso a Bear.

Llegaron a casa de Conan y no parecía una simple casa. Era enorme, tenía una gran fuente frente a ella. Parecía que ahí vivía una celebridad o alguna persona muy importante.

Bajaron todos del auto y quedaron asombrados.

—Los dejo chicos, tengo que ir a casa a ayudar a Ernest en algunas cosas, cuando terminen pueden llamarme y yo vendré por ustedes.— dijo Louis.

—Señ... Louis, ¿Por qué no pasas y te ofrezco algo de tomar? Es lo mínimo que puedo hacer después de haberme traído a casa.— dijo Conan.

—No me gustaría incomodar.— dijo Louis.

—Para nada anda, vamos.— dijo Conan caminando a la entrada de su casa.

Los demás lo siguieron. Conan abrió su casa para dejar entrar a los demás. No contaba con que su padre estuviera ahí.

TRAMPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora