sesenta

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Después de que Harry se fue con Noah y Bear, Louis regresó adentro. Caminó hacia la terraza donde se encontraba Sam. Él hablaba por teléfono y al ver a Louis colgó.

-¿Que Paso? ¿Me perdí de algo? —preguntó Sam al ver a Louis caminar hasta él.

—Todo bien, ya todos se han ido.— dijo Louis pasando sus brazos por detrás del cuello de Sam.

—¿Quieres que te lleve a algún lado antes de llevarte a tu casa?—preguntó Sam tomando a Louis por la cintura.

—Solo quiero estar contigo, me da igual a dónde vayamos.— dijo Louis dejando un beso en la comisura de Sam.

—Lo mismo quiero yo.— dijo Sam acercándose más a Louis y dándole un pequeño beso en los labios.— Vamos antes de que se haga más tarde.— dijo Sam caminando a la salida con Louis tomado de su brazo.

Sam llamó a su chófer para que recogiera el auto de Louis y lo llevara a su casa.

Louis y Sam salieron de ahí. Sam solo iba a cualquier lugar sin tener un destino claro de dónde ir.

—¿Y qué te dijo el abogado en la mañana?, ¿Para cuándo puede entregarte los papeles?— preguntó Sam rompiendo el silencio que mantenían en el auto.

—Me ha dicho que mandaré los papeles a casa de Harry simplemente estén listos, ya mí también claro. Lo que me preocupa es que los demás sepan sobre esto, este fin de semana es la exposición y no puedo crear un escándalo.— dijo Louis mirando a la ventana.

—¿Me dirás qué te estás arrepintiendo?—preguntó Sam deteniendo el auto.

—No, para nada. Nada me hace más feliz que terminar lo mío con Harry ahora.— dijo Louis fingiendo una sonrisa y tomando la mano de Sam.— Solo me interesas tú ahora.

—Por eso te quiero.—dijo Sam besando a Louis.

Después de eso Sam continuó manejando, Louis pensaba en Noah ahora, él había tenido más confianza en contarle a Harry lo que pasaba con él. Y aparte de todo se había comportado como un idiota con él. Más tarde lo llamaría para saber quién estaba.

Sam comenzó a manejar en dirección a su casa, Louis lo notó porque habían entrado a una zona donde las casas eran muy grandes. Ahora mismo quería estar en su casa, con su hijo y ya.

—¿Sabes? Quiero un helado.— dijo Louis.

—Bebé, estamos por llegar a mi casa, esperando, debo tener un poco ahí.— dijo Sam acelerando.

—No, yo quiero uno de heladería, son mejores que los de bote.— dijo Louis haciendo un puchero, era su último recurso para poder zafarse, de ir a casa de Sam.

—No voy a regresarme solo por un capricho tuyo bebé.— dijo Sam sin apartar su mirada del camino.

—Entonces detén el auto, yo iré solo.— dijo Louis desabrochando el cinturón de seguridad.

Sam puso los ojos en blanco y dio vuelta en el retorno más cercano. Louis puso cara de satisfacción al saber que había ganado.

El camino Sam iba con el ceño fruncido, él tenía otras intenciones de cómo pasar su tarde, pero no podía decirle que no a Louis.

Cuando llegaron al centro comercial, Louis ya no quería helado, pero sabía que si le decía Sam probablemente se enojaría.

Ahora necesitaba una forma de decirle que ya no quería.

—Vamos, compremos tu helado y si quieres después podemos ir a mi casa.— dijo Sam cuando le abrió la puerta a Louis.

Louis salió del auto y caminaron a la heladería. Cuando entraron ahí, se sintieron incómodos de estar en un lugar público con Sam.

TRAMPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora