—¿Son confiables? —preguntó el rey.
—Si, es mi familia tambien, de hecho, aprovecharemos para que Itkan conozca a mi madre y a mi padre —señaló Cler.
—Bien.
—¿Estarán tus hermanas? —le pregunté.
—Supongo que si —respondió él con un suspiro.
—Por lo que sé la casa de los Nertiz está retirada de la civilización— informó el rey.
—Hermano, eso no importa, lo que importa en verdad es que voy a conocer a mis suegros. —habló Itkan nervioso.
—Suerte con el tío Carson —me burlé.
—Keyla —me regaño Cler luego de que Itkan se nerviara.
—Le agradarás a su madre —animé a Itkan.
Mientras mi primo y su novio se envolvieron en una batalla de pánico observé el panorama que acompañaba el atardecer de ese día, no quería volver a ver la cara de mi tío ni de mis primas, pero eso tenía que pasar y no podíamos evitarlo.
—¿Dónde nos quedaremos? —pregunté antes de bajar del coche.
—La ciudad está a quince minutos de aquí —informó Cler.
—Es la ciudad de tu primo ¿y no la has visitado? —protesto Itkan.
—Mi padre y el suyo no se llevaban bien —explicó Cler.
—¿Quieres quedarte con tu familia? —le preguntó Itkan a Cler.
—No...prefiero solo ir a saludarlos.
—¿Qué quieres tú Atira? —preguntó el rey.
—Ni pasar a saludarlos —me burlé
Cler sonrió bajando del coche, todos los seguimos por detrás. En la entrada principal se encontraban las brujas de sus hermanas y todos sus hermanos pequeños.
—Cler —saludó Alma.
—Hermana —saludó mi primo.
—Debiste decirnos que asistirías con la realeza, estaríamos más preparadas —comentó Carmen dando un paso al frente.
—Hola niños —saludó Cler, pero ninguno lo escuchó.
—Oigan groseros saluden a su hermano —espeté haciendo que ellos le dedicaran un hola.
—Ah, Atira —mencionó Carmen con apatía.
—A mí tampoco me da gusto verte —saludé.
—Deberías comportarte... no ves que estamos frente a la realeza.
—Ah si —respondí quitándole importancia.
Entonces nos rodearon y reverenciaron a su rey, mientras bufaba me dirigí dentro de la casa, con Cler e Itkan por detrás.
—Con suerte se entretienen con tu cuñado —le dije a Cler.
—Con suerte, Hades las soporta. —corrigió mi primo quien veía todo con nostalgia.
—¿Dónde están mis padres? —preguntó Cler al ver a sus hermanas entrar a la casa.
—En el festival de intercambio.
—Pero ellos nunca van.
—A papá le dieron ganas.
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RUMBO A LA SALVACIÓN DE UNA MONARQUÍA.
RomanceKeyla odia la monarquía. Keyla no piensa las cosas antes de actuar. Keyla odia el desinterés del rey. Keyla detesta a todo el mundo. Keyla odia la guerra. Keyla no quiere saber de nadie que no sea su familia. Pero...entonces ¿qué hace...