8.
Shoyo Hinata
Salí al patio trasero de la casa segura, buscando algo de aire fresco. La brisa fría me hizo temblar un poco, pero cerré los ojos y disfruté del canto de los pájaros. Estaba en mi pequeño refugio mental cuando sentí una presencia a mi lado.
—¿Yams? —pregunté sin abrir los ojos.
—No, soy yo —contestó una voz diferente.
Abrí los ojos de golpe y me encontré con Kenma. Me levanté rápidamente, el corazón martilleaba con fuerza en mi pecho.
—Kenma, no puedes estar aquí —dije..
Kenma también se levantó, con una expresión tranquila. —Solo quería saludar.
Lo empujé con fuerza hasta que se golpeó contra la pared. —Te di la dirección de la casa segura por si pasaba algo grave, no para saludar.
Levantó las manos, colocándolas en mi pecho para mantener la distancia. —Necesito ayuda con algo. Antes, los Ravens y Nekoma eran aliados.
—Eso era antes, Kenma— suspiré— Antes de que Nekoma se fuera a hacer negocios a la capital y nos dejaran solos contra otras pandillas más fuertes.
—No fue mi decisión —replicó— Además, ustedes fueron lo suficientemente fuertes para hacerles frente.
—No me importa —le grité, sintiendo la ira burbujear dentro de mí.
—Solo es un pequeño favor...Te dejaré en paz luego.
—No prometo nada.
—Necesito a tu francotirador —dijo sin rodeos—. El nuestro fue arrestado.
—No es mi decisión —respondí, cruzándome de brazos—. Debes hablar con el líder.
—Llévame con él —pidió Kenma.
—El líder que conocías falleció —le informé—. Ahora tenemos uno nuevo.
—¿Quién es?
—Yamaguchi —respondí.
Sonrió. —Aún mejor, será fácil pedir su ayuda.
—No te confíes —le advertí, abriendo la puerta—. Entra.
Kenma me siguió. Necesitábamos ser cautelosos, pero también sabía que Kenma no estaría aquí si no fuera importante.
Tadashi Yamaguchi
Kenma se presentó ante mí con una expresión seria. Lo observé detenidamente antes de hablar.
—¿Para qué necesitas a mi francotirador, Kenma? —le pregunté, cruzando los brazos—. ¿Y por qué te enviaron a ti y no a tu líder?
—Kuroo quiere volver a tener una relación diplomática con los Ravens, creyó que al enviarme a mi me tendrían más confianza.
—¿Qué pasó con su otro líder? —inquirí, levantando una ceja.
—Simplemente se retiró. Ahora Kuroo es el líder.
—Necesitamos hablar con más detalles. No prestaré a mi fantasma así como así.
—En la capital hay un grupo de narcotraficantes. Necesitamos a un francotirador para despejar la zona de adelante y poder entrar para desmantelar su principal laboratorio. Hay adolescentes muriendo por el consumo de sustancias alteradas, queremos detenerlos ahora mismo.
—Te lo prestaré, pero con una condición. Debes traerlo de vuelta ileso.
—Te lo prometo, nada le pasará.
Lo observé un momento más, tratando de detectar cualquier señal de duda o engaño. Finalmente, asentí.
—Confío en ti, Kenma. No me decepciones.
—No lo haré —respondió, y en su voz pude sentir la seriedad de su promesa.
Con eso, se giró para irse, y me quedé pensando en las implicaciones de nuestra alianza renovada. La situación en la capital era delicada, pero sabía que Kageyama era el mejor para ese trabajo. Solo esperaba que Kenma cumpliera con su promesa y lo trajera de vuelta sano y salvo.
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Partners in crime// Tsukiyama/kagehina
Teen Fiction"Nunca nos llevarás vivos Juramos que la muerte nos separará Llamarán a nuestros crímenes una obra de arte."