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Tadashi Yamaguchi

Estaba reunido con los líderes de las otras pandillas, intentando planear cómo proceder para descubrir quién estaba detrás de todo este caos. La tensión en la habitación era palpable y el silencio era casi sepulcral mientras esperábamos que alguien tomara la palabra.

Daisho, con su aire confiado, tomó la palabra primero— Las serpientes pueden proceder en cualquier situación. Somos flexibles para escabullirnos.

—Las serpientes no son más que estafadores. No saben hacer nada más que eso y huir— se burló Kuroo.

Osamu trató de mediar— Cualquier ayuda es necesaria. Es mejor unirnos antes de que sea tarde.

Sentí que la discusión estaba yéndose por un camino improductivo, así que intervine.

—No sabemos a qué nos enfrentamos. Necesitamos estar preparados para todo.

Suwa, el líder de Kamomedai, aprovechó la pausa para lanzar su propio ataque— Los Ravens son débiles y no deberían tener tanta voz y voto.

Me hervía la sangre. No podía permitir que nos menospreciaran así.

—Deberías medir tus palabras, Suwa.

—Yamaguchi, eres débil. Mejor mírate en el espejo y date cuenta de tus limitaciones.

En un impulso, saqué mi cuchillo y lo clavé al lado de la mano de Suwa, haciendo que todos se quedaran en silencio y me observaran.

—Si no quieres que este cuchillo esté en tu cabeza, mejor cierra la boca. Ya tengo mucha sangre en las manos como para añadir más.

Suwa se alejó un poco, sus ojos reflejaban una mezcla de sorpresa y miedo.

—Tenemos que intervenir ya— intervino Keiji lanzándole una mala mirada a Suwa.

Kuroo puso sobre la mesa un dossier con información y lo abrió frente a nosotros— El Nekoma investigó muy bien el incendio. Al principio creíamos que había sido La Madriguera, pero investigando mejor nos dimos cuenta de que no. Es algo más.

Daisho asintió— Iremos con las serpientes a investigar todo lo relacionado con ese tema. Nos adentraremos en todos los rincones de la ciudad, quizás descubramos algo con otras bandas criminales. Deben saber algo.

—Eso está bien— murmuró Suwa.

Daisho asintió y salió de la sala. Kuroo suspiró, pareciendo más preocupado de lo que quería admitir.

—Esto será más difícil de lo que pensamos.

—Ahora somos más cabezas que pueden pensar— dije tratando de reconfortarlo.

Kuroo se rió ante esto, su risa resonando en la habitación cargada de tensión. Sabíamos que teníamos un largo camino por delante, pero al menos estábamos juntos en esto.

 Sabíamos que teníamos un largo camino por delante, pero al menos estábamos juntos en esto

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Partners in crime// Tsukiyama/kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora