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Tadashi Yamaguchi

Me gustaría regresar a cuando no era demasiado tarde, a cuando nadie falleció. No me refiero solo a los Ravens capturados, sino también a los que ya no están.

Quisiera volver a ser niño, recuperar la inocencia que perdimos y nuestras propias vidas.

Me duele todo lo que está pasando, y si pudiera, daría mi vida por aquel amigo que perdí.

Contaré toda la historia, de cómo todo terminó de aquella manera tan terrible y cómo fue el detonante para terminar de asesinar mi alma.

Volví en mi memoria a aquel momento, cuando estaba sentado en una silla siendo vigilado por Fushiguro, mientras sentía la mirada cargada de resentimiento de Itadori

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Volví en mi memoria a aquel momento, cuando estaba sentado en una silla siendo vigilado por Fushiguro, mientras sentía la mirada cargada de resentimiento de Itadori.

Decidí concentrarme en otra cosa y seguir analizando a los demás. La rubia se había esfumado, quizás buscando a la tal Miwa o a la tal Nobara. Maki y Mai estaban cada una por su lado, pero de a ratos se observaban con cierta curiosidad, viendo lo que hacía cada una.

Maki revisó su celular y luego se dirigió a Fushiguro— Toge le envió un mensaje diciendo que el cargamento ya ha llegado y que Yuta está con él.

—Iré a ayudarlos— dijo el de cabello negro asintiendo.

Cuando se fue, Itadori se acercó rápidamente a mí y me tomó por los hombros.

—Quiero torturarte— dijo con un tono casi divertido.

Mai se burló— Fushiguro no te dejará utilizar armas contra él.

—¿Quién necesita armas cuando tiene las palabras?

Maki levantó una ceja— ¿Estás drogado?

—Nunca tomé drogas, solo soy extraño.

No pude contenerme más— Hazlo de una vez— dije— Si quieres romper mi cordura, empieza, porque tanta espera me está aburriendo.

—Te haré rogar que me detenga.

Lo miré directamente a los ojos— Yo no ruego a nadie.

—Ya lo harás.

Sabía que no iba a ser fácil, que Itadori no se detendría hasta verme quebrado. Pero también sabía que no podía permitirme rogar, no podía darle esa satisfacción.

Mientras él comenzaba su retorcido juego de palabras, yo me aferraba a la esperanza de que alguien vendría a salvarme. Pero con cada palabra que salía de su boca, esa esperanza se desvanecía un poco más, dejando espacio solo para el dolor y la desesperación.

 Pero con cada palabra que salía de su boca, esa esperanza se desvanecía un poco más, dejando espacio solo para el dolor y la desesperación

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Partners in crime// Tsukiyama/kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora