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Tobio Kageyama

Desde lo alto de una casa, tenía una vista clara de la zona. Mi atención, sin embargo, no estaba en la casa donde mi equipo estaba investigando, sino en otro lugar que llamó mi atención por el movimiento sospechoso. Sostenía el rifle con firmeza, intentando discernir qué estaba pasando allá abajo.

La radio sonó de repente, y escuché la voz enfadada de Tsukishima llamándome por mi apodo.

¡Fantasma! ¿Por qué no nos avisaste que entraría un grupo de hombres a la casa? ¿Qué estás haciendo?

Sentí un nudo en la garganta. Algo me había distraído y tuve que enfocar mi rifle en otro lugar.

—Lo siento, detonador. Algo me distrajo y tuve que cambiar de objetivo.

¡No puedes distraerte! Eres nuestros ojos en el cielo, la persona que nos salva en situaciones extremas. Por algo te llamamos fantasma.

—No es para tanto... —intenté justificarme—. Al menos lograron salir, ¿verdad? Siempre lo hacen.

La respuesta de Tsukishima me heló la sangre— Solo salimos con el ilusionista.

—¿Qué pasó con el soldado y nuestro líder?— Mi corazón se detuvo por un instante y el miedo se apoderó de mí.

Fueron capturados.

Sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas. La culpa me invadió y apenas pude pronunciar las palabras.

—¡Carajo! Lo siento... de verdad, lo siento.

Deja ese perdón allí donde estás y baja a ayudarnos a localizarlos.

Respiré hondo y asentí, aunque sabía que Tsukishima no podía verme. Tomé mi rifle y comencé a descender rápidamente, determinado a enmendar mi error y a hacer todo lo posible por rescatar a Shoyo y Yamaguchi.

 Tomé mi rifle y comencé a descender rápidamente, determinado a enmendar mi error y a hacer todo lo posible por rescatar a Shoyo y Yamaguchi

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Kei Tsukishima

Llegamos nuevamente a la base. Pasé junto a los miembros de Nekoma sin prestarles atención, dirigiéndome directamente hacia Yachi. La encontré ocupada en su computadora.

—Cibersombra, necesito que dejes todo lo que estás haciendo.

—Tú no eres el líder, Tsukishima —respondió ella sin levantar la vista

—Por favor.

Levantó la mirada y al encontrar mis ojos, su expresión cambió— ¿Qué ha pasado?

—Yamaguchi y Shoyo han sido secuestrados. Necesito tu ayuda para encontrarlos.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó Nishinoya, quien por algún motivo, seguía aquí.

—Cualquier apoyo sirve— respondí.

—Me comunicaré con Kinoshita y Narita. Tal vez puedan hacer algo desde sus ubicaciones —dijo tomando su teléfono.

Volví mi vista a la computadora, Yachi comenzaba a intentar triangular la ubicación de los celulares de Yamaguchi y Shoyo, pero no tenía éxito.

—Están apagados —murmuró frustrada.

Desde atrás, Kageyama maldijo en voz alta—¡Apúrate, Yachi! ¡Debemos encontrarlos!

Kenma intentó calmarlo, pero Kageyama le respondió con enojo.

—¡Por no cuidarlo, ahora Shoyo no está aquí! —le reclamó.

—¡Yamaguchi, nuestro líder, también está desaparecido!— exclamé.

En ese momento, Kuroo entró en la habitación e intervino, tratando de calmar la situación—Les ayudaremos, pero deben calmarse. El resto del Nekoma saldrá pronto del hospital, y Yaku, nuestro hacker, podrá asistir a Yachi en lo que necesiten.

—Gracias, Kuroo— le agradeció la chica.

Kageyama se volvió hacia Kenma—¿Viste algo de lo que pasó?

Kenma negó con la cabeza—No, el que vio fue Tsukishima.

Kageyama me miró, esperando explicaciones. Respiré hondo y comencé a relatar lo que había visto.

—Vi a algunos hombres llevándose a Shoyo, otros rodeaban a Yamaguchi y había una mujer.

Kuroo frunció el ceño—¿Por qué la mujer resultó tan relevante?

—Era pelirroja —expliqué—. Además, en la casa había dos niños con características parecidas a las de Natsu.

Kenma se mostró pensativo—Tal vez eran familiares de Shoyo, por eso no escaparon cuando pudieron.

Kageyama se negó rotundamente—Los padres de Shoyo fallecieron en un incendio. No puede ser.

—Quizás nos mintió— murmuré, sabiendo que era una posibilidad.

—No, me niego a pensar eso de él —dijo Kageyama.

Kuroo intervino con un tono sombrío—Deberías abrir más los ojos. Todo esto está lleno de mentiras.

La tensión en la habitación era palpable. Suspiré y me coloqué en otra computadora para tratar de ayudar a nuestra hacker, era primordial encontrarlos.

Yams, perdóname por no haber estado a tu lado. Tuve que haberme quedado contigo. Es mi culpa y ahora debo tomar la responsabilidad.

Partners in crime// Tsukiyama/kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora