(En este capítulo va a haber contenido +18 no tan explícito, pero prefiero avisar por las dudas)
35.
Tobio Kageyama
Salí al patio y encontré a Tsukishima sentado en el suelo, con una expresión triste.
—¿Qué pasa?— pregunté sentándome a su lado.
—Hacer el video me hizo recordar cosas que quería olvidar —dijo sin mirarme.
—A veces los recuerdos nos hacen más fuertes — me encogí de hombros mientras arrancaba pasto del suelo.
—Mi mundo se derrumbó cuando perdí a mis padres.
Me sorprendió que se abriera conmigo— Continúa.
—Sentí tanto en ese momento que ahora no siento nada.
—Sí sientes, muy en el fondo, pero lo haces. Al fin y al cabo, eran tus padres.
—Quizás sí.
—Mírame a los ojos y dime que no sientes dolor —le pedí.
Tsukishima me sostuvo la mirada, pero poco a poco sus ojos se humedecieron. Desvió la mirada al pasto— Tu forma de consolar es extraña.
Me levanté del suelo sabiendo lo que tenía que hacer— Yo no consuelo, ese es el trabajo de Yamaguchi. Iré a buscarlo. Más te vale abrirte con él.
Dejé a Tsukishima en el patio y me dirigí a buscar a Yams. Sabía que él sabría cómo ayudar a nuestro amigo de una manera que yo no podía.
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Kei Tsukishima
Me quedé allí afuera, disfrutando de la brisa fresca que hacía ondear mi cabello. La naturaleza era algo que siempre me distraía de todo lo demás; me hacía sentir una libertad que sabía que no tenía, una sensación de control, aunque mínima.
Una persona carraspeó a mi lado. Levanté la mirada y me encontré con Yamaguchi a unos pasos de distancia.
—Acompáñame a mi estudio —me dijo.
Asentí, levantándome del suelo, y lo seguí en total silencio.
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