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Kei Tsukishima

Estábamos en la zona de espera, ocultos junto a Kuroo y Kenma, listos para cualquier eventualidad. La tensión en el aire era palpable, cada uno de nosotros alerta y preparado.

Suna apareció junto a nosotros y nos informó que solo había visto oficinistas entrar y salir del edificio, señalando lo extraño que era que la base estuviera allí.

Observé el lugar con mis binoculares. Había un constante ir y venir de personas en trajes, y el edificio parecía mundano y cotidiano, con su fachada de cristal y acero. Las oficinas estaban llenas de cubículos y escritorios, nada que sugiriera una base secreta.

—Tal vez haya un espacio bajo tierra— murmuré.

—Es posible— dijo Kenma.

De repente, el walkie-talkie de Kuroo comenzó a sonar con la voz de Lev— Deben reubicarse a la parte de atrás del edificio.

—¿Qué ha sucedido?— preguntó Kuroo.

—Kageyama apareció y no se ve bien.

Mi corazón dio un vuelco al escuchar que Kageyama estaba vivo, pero la preocupación por su estado me empujó a actuar rápidamente.

Me dirigí lo más rápido posible hacia la parte trasera del edificio, tratando de mantenerme oculto. Sentía una mezcla de alivio y angustia al saber que mi amigo estaba con vida, pero temiendo lo que pudieran haberle hecho.

Al llegar junto a Lev, vi a Kageyama alejándose del edificio, tambaleándose.

Quise correr hacia él, pero Taketora me detuvo— Si sales, pueden verte. No quiero que pongas en peligro nuestra ubicación, menos en este momento.

—Lo más probable es que ya sepan que estamos aquí— dijo Yaku— Tienen ojos en todas partes, no nos han atacado porque no somos una amenaza.

—Aún no lo somos— murmuró Inuoka con una sonrisa.

Tomé eso como una señal y corrí hacia Kageyama, tomándolo del brazo y llevándolo hacia donde estábamos escondidos. Lo observé con preocupación, notando el parche en su ojo.

—¿Qué demonios estabas pensando?— le espeté— ¿Investigar a Keiji por tu cuenta? ¡Eres un inconsciente!

—Quería ser útil para variar— tomó asiento en el suelo como si su propio cuerpo le pesara.

—No tienes que ser útil de esa forma— acerqué mi mano a su rostro dudando— ¿Puedo ver?

Asintió y con cuidado, despegué el parche de su ojo, ahogué un grito al ver la cavidad vacía donde antes estaba su ojo. La rabia y la tristeza se mezclaron en mi pecho, haciéndome difícil respirar.

—Maldita sea...— murmuré abrazándolo con fuerza. Se removió incómodo, como si quisiera soltarme, pero lo aferré mas fuerte— No seas idiota, Kageyama. Déjate querer, por una vez.

Sus músculos se relajaron y recostó su cabeza en mi hombro— ¿Dónde está Shoyo?

—Está en la primera línea defensiva, esperando la señal de Yamaguchi. Está más cerca del edificio y no puede ser distraído.

—Está bien— respiró hondo— Está bien...

—Temía que fueras el traidor— murmuré, sintiendo una punzada de culpa.

—¿Sospechabas de mí? —preguntó sonando herido.

—No quería, pero la situación no estaba de nuestro lado.

—Entiendo— dijo separándose del abrazo y volviendo a colocarse el parche— ¿Qué puedo hacer?

—Ve a la camioneta y descansa. No estás en condiciones de hacer nada— dije sabiendo que no le gustaría la respuesta.

—Vete a la mierda, Tsukishima. Haré algo.

—Ya hiciste suficiente identificando al traidor. Es momento de que nosotros hagamos nuestra parte.

Me miró con frustración, pero finalmente asintió. Sabía que tenía que confiar en nosotros, y nosotros en él.

 Sabía que tenía que confiar en nosotros, y nosotros en él

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Autora:

Un capítulo cortito para complementar con el anterior que subí.

En el próximo pasarán cositas, estén preparados.

Posiblemente lo suba mañana porque estoy ocupada con parciales de mitad de año en el liceo y tengo que estudiar. 

De todas formas, la semana que viene estaré completamente libre entonces publicaré más de un capítulo por día (posiblemente) hasta que se acabe esta historia.

Los quieroo

Partners in crime// Tsukiyama/kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora