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Kei Tsukishima

Estacioné mi motocicleta a varios metros de la escena. Caminé hasta el lugar de la explosión, donde ya se habían reunido muchos reporteros alrededor de la cinta policial. Había varios camiones de bomberos, ambulancias y policías.

Todo era un caos, y yo lo adoraba.

Saqué mi cámara y comencé a fotografiar la escena, haciéndome pasar por un periodista.

Me enfoqué en los cuerpos cubiertos por tela que estaban en las camillas, los heridos y el edificio destruido.

Una chica a mi lado, visiblemente afectada, comenzó a decirme algo. Era mucho más baja que yo, así que me agaché un poco para escucharla.

—Mi hermano estaba en el edificio— su voz temblaba—. Aún no sé cómo está.

—¿Sabes qué sucedió? Los medios aun no dicen nada— pregunté fingiendo desconocimiento.

—No se sabe, todo explotó de repente. Los bomberos aún tienen que sacar a las personas, vivas y muertas, para luego investigar.

—Todo saldrá bien —le dije, sintiéndome un hipócrita.

En ese momento, un bombero salió ayudando a caminar a un chico un poco mayor que yo. La chica abrió los ojos con sorpresa y comenzó a llorar

—¡Taketora!— gritó mientras se abría paso entre la multitud a empujones. Logró llegar hasta su hermano, abrazándolo con fuerza. El chico se soltó del bombero para abrazarla de vuelta.

Enfocando mi cámara hacia ellos, saqué una foto. La observé por un momento y luego la borré.

Volví a fotografiar el desastre, capturando el caos que había provocado.

Volví a fotografiar el desastre, capturando el caos que había provocado

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Tadashi Yamaguchi

Comencé a jugar con mis cuchillos, balanceándolos en mis dedos y clavándolos en la mesa con fuerza.

Sentía una ira profunda hacia ese policía que estaba investigando a mi pandilla. Su pregunta resonaba en mi cabeza.

"¿Qué te sucedió para pensar que las cosas se resuelven con el ojo por ojo?".

Esa pregunta era un disparador. De repente, me vi sumido en recuerdos traumáticos.

Recordaba a aquel hombre, sus manos sobre mi y como dolía. Todo dolía. Cerré los ojos al instante, tratando de bloquear las imágenes que se formaban en mi mente, pero era inútil. Sentí las lágrimas acumulándose en mis ojos y por un instante, me sentía asqueado por mi propia existencia.

—No —susurré, apretando los dedos en torno al cuchillo— No ahora.

No supe cuando, pero en algún momento había deslizado el filo del arma contra mi brazo. Volví a la realidad en un instante y me percaté de la sangre que escurría por la herida.

Corrí hacia el botiquín para desinfectar el corte y lo vendé. Hacía mucho tiempo que no me pasaban estás cosas, mis brazos estaban curándose. Mi ira hacia Daichi aumentó considerablemente.

—Tadashi...— murmuró una voz. Voltee encontrándome con Nishinoya observando la venda en mi brazo.

—No pensaba que vendrías tan pronto.

—Después de todo, aún no sabes vendarte bien— se acercó a mi cuidado, desenrolló la venda y volvió a colocarla, esta vez mejor puesta.

—Gracias...

—No hay de que. tal vez ya no soy un Raven, pero aún soy parte de tu equipo. Ukai así lo hubiera querido.

—Deberías aprovechar a vivir tu vida, no estar pendiente de nosotros.

—Tengo mi galería, no puedo pedir nada más. Soy feliz estando para ustedes— me observó los ojos— ¿Por qué volviste a hacerlo? Estabas bien.

—Déjalo así, Noya— me solté de su agarre— Fue una decaída, nada grave.

—¿Seguro?

—Completamente.

—¿Dónde están los demás?

—Tsukki está en una escena del crimen, ya sabes, fotografiando. Kageyama y Shoyo están en una misión con el Nekoma.

—¿El Nekoma?— soltó una risa irónica— ¿Volvieron a aparecer? ¿Qué cuenta el viejo?

—Fue arrestado. Ahora Kuroo es el líder.

Hizo una mueca— Kuroo es...un poco impredecible.

—Lo sé. Pero está haciendo las cosas bien, quieren desmantelar una red de narcotráfico.

Comenzó a reír con fuerza— Siempre el Nekoma queriendo lucirse. Tendrán que hacer algo grande para alcanzarlos.

—Estamos en eso.

—¿Cómo lo llevas? Al liderazgo me refiero.

—Bastante bien. Mis amigos me ayudan, ya sabes— acaricié la venda de mi brazo— Tanaka y Ennoshita fueron arrestados, eso fue un golpe duro, pero aún tenemos a Kinoshita y Narita, solo que están en otras ubicaciones para no ser descubiertos.

—Ryu es un poco notable— sonrió— Y Ennoshita lo seguía a todos lados, saldrán pronto, encontrarán la forma.

—Eso espero— suspiré— Además, conseguimos a una hacker.

—¿Es linda?

—Tal vez.

—Quiero verla.

No pude evitar reír y lo guié por los pasillos.

—Es un poco asustadiza, así que ten cuidado.

—Soy un caballero, lo sabes— me detuvo por un momento tomando mi brazo— Solo no la conserves por mucho tiempo, los hackers dejan una firma y si la policía la descubre.

—Ya lo sé.

Continuamos nuestro camino hasta la sala de computadoras. Allí Yachi se encontraba sumergida en el mundo de la tecnología, alzó su vista al oírnos entrar.

—Yachi— la saludé con un movimiento de cabeza— Tenemos un invitado, un ex Raven.

Nishinoya se me adelantó— Yu Nishinoya, alias "Machete", mucho gusto, señorita.

Las mejillas de la chica se tornaron rojas y se levantó con torpeza, casi tirando la silla al suelo. Dio una pequeña reverencia y se acercó más.

—Hitoka Yachi, Cibersombra.

—¿Cibersombra?— preguntó con sorpresa— Tadashi, ¿conseguiste la identidad de Cibersombra?

—No fue tan complicado— me alcé de hombros y Yachi me miró mal.

—Fue un error mío— dijo la chica— Creí haberlo solucionado rápido pero Yamaguchi lo fue aún más. Envío a Shoyo a buscarme y aquí estoy.

—Me gusta la dirección por la que están yendo los Ravens— dijo Noya— Pero mas me gusta la belleza que encontraste.

Lo empujé fuera de la sala antes de que pusiera más incómoda a la chica.

Partners in crime// Tsukiyama/kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora